Ann Reinking (raisin the roof)
Desde que Cyd Charisse colara el bombín de Gene Kelly en la punta de su zapato, nunca hubo piernas más infinitas en el mundo del showbiz. No sólo sus piernas, sus brazos, sus manos, su pelvis próxima al descoyunte... siempre hasta el límite. Cuando Annie se pone a bailar corta en dos el aire con su cuerpo, también tu respiración.
Esta esbelta amazona nacida en Seattle -de belleza altiva y ojos marinos-siempre quiso ser bailarina, y llegó a ser mucho más que eso. Su formación en ballet clásico es evidente en sus elegantes movimientos, de hecho hizo intentos de conducir su carrera hacia esta modalidad antes de que esa larguísima diagonal se cruzara en su camino. En Broadway empezó como "chorus girl" en distintas producciones sesenteras. Coco (el biopic sobre Chanel protagonizado por Katharine Hepburn) le dio la oportunidad de exhibir su estilazo como modelo de altísima costura. Su estructura ósea y su aire distinguido pedían a gritos una bajada por la famosa escalera de la Rue Cambon.
Pero fue en Pippin (una versión muy hippy de la historia de Carlomagno y su hijo Pipino, mira hasta dónde puede llegar el musical...) cuando se dio la confluencia de tres astros sin los que la historia del show business nunca habría sido la misma. Bob Fosse y Ven Vereen, director y protagonista del show, unieron sus vidas a la de esta chica del coro que muy pronto dejó de serlo. No sabemos exactamente cuando se enamoró el genio de su musa (su musa post Gwen Verdon), pero podemos aventurarnos a pensar que fue en el preciso instante en que la vio bailar. Se enredaron en una relación sentimental que dio mucho de sí. Dancin´ es muestra de ello, una "revue" musical montada a mayor gloria del tándem Fosse/Reinking. Corría el año 78 cuando se estrenó este catálogo vivo de coreografías del maestro. El mismo en que la joven bailarina de Seattle se convirtió en estrella.
Al año siguiente llegó el cine. Y no hubo una puerta más grande por la que entrar que el testamento apresurado que Fosse firmó -y filmó- con All That Jazz. Lejanamente inspirada en Fellini ocho y medio, esta obra maestra excesiva y decadente le dio la oportunidad de medirse como bailarina, cantante y también como excelente actriz. Roy Scheider era el "alter ego" del director, y ella hizo algo así como su propio personaje, la amante cansada de esperar a que el genio le regalara un poco de su tiempo entre ensayo y ensayo, entre cama y cama. A pesar de la grandiosidad -y de lo aparatoso- de esta película, cuando Annie aparece en pantalla no puedes quitar los ojos de ella. Es demasiado fuerte...y demasiado sexy.
Más papeles en teatro, sustituta de Gwen Verdon -además de en la alcoba- en Sweet Charity y en Chicago, en la que hizo una Roxie Hart de antología. Pero su pasión por la danza y el espectáculo le pedía más, y el reto siguiente fue convertirse en coreógrafa, estar delante y detrás de los focos al mismo tiempo.
Durante los años ochenta simultaneó la actuación con la dirección en distintos shows, hasta que ya en los 90 se enroló en su proyecto más ambicioso -y exitoso- que fue montar la coreografía del esperadísimo revival de Chicago. Una coreografía "al estilo de Bob Fosse",como figuraba en la publicidad, pero nueva, al igual que el concepto en general del musical, más sofisticado ahora y menos grotesco que en la producción original. Captar el swing de Fosse, esos movimientos sinuosos, provocativos, insinuantes... bailar con los párpados, con las cejas, con el meñique y expresar con partes del cuerpo que nadie soñó que pudiesen expresar algo. Eso es lo que logró Reinking, aparte del éxito del que nunca llegó a disfrutar el montaje inicial.
Y como no tenían una mejor Roxie a mano -Velma Kelly era para Bebe Neuwirth- el productor le pidió que la interpretara ella misma, eso sí, de un modo diferente a como lo hiciera veinte años antes. Y de todo el rosario de actrices que se han metido en los zapatos de la célebre asesina desde el año 95, nadie ha sabido captar mejor el punto canalla del personaje. Su físico aún impecable y su personalísima voz -voz de mil resacas, de vicio, de mucha y mala vida- habían sido diseñados para bordar este papel. The name on everybody´s lips is gonna be...Annie!
To raise the roof es una expresión que significa algo asi como llegar hasta el techo. ¿Con qué? con los brazos, las manos o todo el cuerpo. Así se llama un paso de baile que tal vez no inventó ella, pero que sí hizo famoso. Es la perfecta manifestación de la alegría, el júbilo o la excitación. Es como llegar a volar por los aires. Y eso es exactamente lo que sientes cuando la ves bailando en el escenario.