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lunes, 24 de diciembre de 2012

What´s about?





It´s about Christmas!

La señora Mame Dennis decidió que ese año era preciso adelantar las navidades. Demasiados problemas, demasiada desilusión, demasiada depresión... we need a little christmas!
El billonario Oliver Warbucks tuvo la idea de recoger por navidad a una huérfana para lavar su imagen. Pero pronto se dio cuenta de que ella era ese "algo" que su exitosa vida aún no tenía ...something was missing.
A la secretaria Fran Kubelic la volvieron a dejar plantada una vez más, pero esta vez fue en medio de una fiesta navideña, lo que la hizo sentirse aún más abandonada. C.C.Baxter se dio cuenta de que su amada era a la vez la amante de su jefe al tropezarse con ese espejito roto. A lo lejos sonaba el bullicio del festejo, y su corazón también se rompió. It´s turkey lurkey time...
El prestamista Ebenezer Scrooge fue consciente de su mísera vida cuando se le aparecieron los fantasmas de las navidades del pasado, del presente y del futuro. La fortuna que había atesorado durante su existencia era similar a la amargura y a la soledad acumuladas. I´ll begin again...
En la perfumería de Maraczek, en el centro de Budapest, los empleados corrían contra reloj al darse cuenta de que solo quedaban doce días para la navidad. Poco tiempo para vender toda la mercancía, y menos aún  para resolver todo el enredo amoroso de esa tienda a la vuelta de la esquina. Tonight at eight...
La fiesta de fin de año que se iba a celebrar en aquella destartalada mansión iba a ser mucho más íntima de lo que Joe Gillis esperaba. Norma Desmond lo tenía todo preparado para tener un año perfecto, pero... Happy year darling...
Las hermanas March se despertaron hambrientas la mañana de navidad en que sus conciencias les hicieron apiadarse de los vecinos más pobres. Ese fue el principio de un rosario de privaciones y sacrificios en sus despreocupadas vidas. Christmas will exceed our finest dreams...
Mark Cohen comenzó a rodar un documental sobre sus amigos la víspera de navidad. Pero lo tuvo que interrumpir al irse la luz del viejo edificio. Artistas y bohemios en una ciudad fría y dura tratando de encontrar un poco de amor y un poco de dinero para pagar el alquiler. How about love?

Y el arte, como de costumbre, imitando a la vida... Y la vida al arte. Planteamiento, nudo y desenlace. Nacemos solos, morimos solos, pero entre tanto y tanto cuánto esfuerzo por no estarlo, por no sentir la soledad. Y llega la navidad y todo se engrandece, las luminarias alumbran lo bueno y lo malo. Y las canciones lo envuelven todo para que no oigamos lo que no queremos oir. Jingle all the waaaay...
En los musicales clásicos siempre hay pobres que acaban ricos, feas que acaban bellas, tristes que acaban felices, malos que acaban buenos, y solitarios que acaban acompañados (ever after). ¿Por qué no puede ser así en la vida real? ¿Por qué nuestra existencia no tendrá un primer acto en el que las complicaciones acaben resolviéndose al final del segundo? ¿O tal vez sí?
Os dejo con todas estas preguntas sin respuesta -pero con música- y con mi sincero deseo de felicidad para hoy y para siempre.
Gracias por leerme y por acompañarme. Feliz white, turkey lurkey, new deal, loving, dreaming and merry little christmas for everyone!



















jueves, 13 de diciembre de 2012

Qué fue primero?























Esperando al futuro rey

En 1960 Alan Jay Lerner y Frederick Loewe eran la pareja del momento en Broadway. Se lo habían ganado  cuatro años antes, cuando estrenaron su adaptación del Pigmalión, nuestra adorada My Fair Lady.  La función llevaba más de 2.700 representaciones  y sus protagonistas, un Rex Harrison que apenas había cantado con una orquesta y una casi debutante  Julie Andrews, habían quedado para siempre tocados con la varita mágica del éxito.
Ahora tocaba hacer otra cosa, y si antes habían dirigido su interés hacia esa Inglaterra victoriana y clasista que el socialista George Bernard Shaw criticaba, ahora se adentrarían en el venerado ciclo artúrico. 
Al menos desde el siglo XII recorren Europa las leyendas recogidas por Chrétien de Troyes sobre ese Arturo que fue educado por el mago Merlín, se convirtió en rey de Inglaterra tras sacar la espada clavada en la roca, se casó con la hermosa Ginebra, reunió a los más nobles caballeros alrededor de su Tabla Redonda, y finalmente fue vencido por la pasión entre su esposa y su amigo Lancelot, pero también por la ambición de su hijo Mordred.
En el siglo XIX la Inglaterra que se adentraba en la industrialización volvió sus ojos hacia estas historias de un Medievo idealizado: los edificios públicos se construían en estilo neo-gótico, la hermandad prerrafaelita reivindicaba en sus cuadros, tapices y vidrieras un mundo noble e idílico donde los caballeros y las damas se conducían con el honor y la virtud que caracterizaban a la sociedad victoriana, y la Tabla Redonda era la precursora del nobilísimo Parlamento Británico. Lord Tennyson había escrito desde 1856  su serie de poemas sobre Arturo, “Los Idilios del Rey”, y el bestseller de la época, Mark Twain, había fantaseado sobre el comportamiento de un yanqui en la corte del Rey Arturo.
La base de la obra musical fue sin embargo una novela de T.H. White publicada en 1938,  The Once and Future King”. De las cabezas de Lerner y Loewe fueron saliendo canciones inolvidables. Al principio, en la canción cuya melodía asociamos inmediatamente (Camelot), Arturo le cuenta a Ginebra cómo todo allí es perfecto, hasta el clima. Luego llega Lancelot y en el hermoso mes de mayo (The lusty month of May) celebran una fiesta en el campo. Inevitablemente, Lance y Ginebra se enamoran, y él no podrá nunca dejarla (If ever I would leave you).
Bajo la dirección de Moss Hart, quien también había dirigido My Fair Lady, se estrenó en el Majestic Theatre el 3 de diciembre de 1960. Julie Andrews siguió ascendiendo peldaños en la escala social: de florista a dama, y de dama a reina Ginebra. Para el papel de Arturo confiaron de nuevo en un actor con escaso pedigrí de cantante, pero con un carisma arrollador, Richard Burton, y un desconocido Robert Goulet fue el encargado de interpretar al apuesto Lancelot.   
La obra teatral no alcanzó el éxito de la anterior función del cuarteto Lerner-Loewe-Moss-Andrews, pero aún así ganó cuatro Tonys en 1961. Era el primer año de la administración Kennedy, y pareció tan evidente asociar los ideales del joven presidente católico irlandés con la mítica artúrica que desde entonces se conoce por Camelot al nuevo estilo que la joven pareja impuso en la Casa Blanca. Era inevitable que la obra pasara a la pantalla.
La Warner Bros de Jack L Warner fue la que produjo la película, estrenada en 1967. En la composición, el director Joshua Logan se inspiró en una serie de referentes pictóricos muy reconocibles, principalmente prerrafaelitas y modernistas. En cuanto a los actores, Richard Harris encarnó al Rey Arturo, Franco Nero (que fue doblado en las canciones) al apuesto Lancelot, y la adorable Vanessa Redgrave se convirtió en la mejor Guinevère que hayamos visto y oído jamás. La decisión fue polémica: se apostaba por la interpretación actoral, más que por la musical. El rodaje de los exteriores tuvo lugar en España, concretamente el castillo francés es el Alcázar de Segovia. La película consiguió 3 Oscars (dirección artística y de vestuario y adaptación musical, por Alfred Newman).
¿Por qué esta historia de Arturo y sus caballeros lleva tantos siglos perdurando en el subconsciente colectivo? Creo que es porque expresa cómo el ser humano es capaz de sobreponerse al caos y construir, en un momento estelar, una sociedad noble, bella, justa y pacífica, pero también cómo es capaz de dejarse llevar por pasiones y ambiciones, destruir en un instante todo lo conseguido, y provocar la vuelta al caos.
El trío de estrellas protagonistas también pareció verse arrastrado por este destino.  Richard Harris se hizo rico y famoso, pero también alcohólico, tras su paso por Camelot: sus borracheras con el mismo Richard Burton llegaron a ser legendarias. Vanessa Redgrave dejó a su marido, el director Anthony Richardson,  que la había engañado con Jeanne Moreau, para llevar a la vida real su romance con Franco Nero. Tuvieron un hijo, pero se separaron dos años después.
Pero en verdad, lo que ha hecho perdurar a esta historia de Arturo y sus caballeros es su invocación a la esperanza: si lo logramos una vez ¿por qué no podemos repetirlo?. Para Richard Harris, la reposición de Camelot en Broadway en 1981 fue el inicio de una segunda carrera cuando ya las glorias de Cromwell o del Hombre llamado Caballo parecían olvidadas. Ha muerto siendo el profesor Dumbledore, no se me ocurre un mejor último papel para él.
Vanessa siguió logrando éxitos y envejeció con un porte y una elegancia que ninguna otra actriz ha conseguido. La tragedia llegó a su familia con el accidente que le costó la vida a su hija Natasha (la Sally Bowles del Cabaret de Sam Mendes de 1993), pero parece que Camelot también ha hecho un pequeño milagro, y cuarenta años despúes ha vuelto a compartir su vida con Franco Nero.
Al final de la leyenda se nos cuenta que Arturo no murió, sino que fue llevado a la isla de Avalon, donde duerme hasta que le llegue el momento de volver y restaurar la paz en Camelot. Según Sir Thomas Malory, en su epitafio está escrito:  “HIC IACET ARTHURUS, REX QUONDAM REXQUE FUTURUS (Aquí yace Arturo, rey en otros tiempos y futuro rey)". Mucho han hecho las canciones del musical y las imágenes de la película para que sigamos esperando el despertar de su sueño.

Isabel Jiménez Heras