Esperando al futuro rey
En 1960 Alan Jay Lerner y Frederick Loewe eran la pareja del momento en Broadway. Se lo habían ganado cuatro años antes, cuando estrenaron su adaptación del Pigmalión, nuestra adorada My Fair Lady. La función llevaba más de 2.700 representaciones y sus protagonistas, un Rex Harrison que apenas había cantado con una orquesta y una casi debutante Julie Andrews, habían quedado para siempre tocados con la varita mágica del éxito.
Ahora tocaba hacer otra cosa, y si antes habían dirigido su interés hacia esa Inglaterra victoriana y clasista que el socialista George Bernard Shaw criticaba, ahora se adentrarían en el venerado ciclo artúrico.
Al menos desde el siglo XII recorren Europa las leyendas recogidas por Chrétien de Troyes sobre ese Arturo que fue educado por el mago Merlín, se convirtió en rey de Inglaterra tras sacar la espada clavada en la roca, se casó con la hermosa Ginebra, reunió a los más nobles caballeros alrededor de su Tabla Redonda, y finalmente fue vencido por la pasión entre su esposa y su amigo Lancelot, pero también por la ambición de su hijo Mordred.
En el siglo XIX la Inglaterra que se adentraba en la industrialización volvió sus ojos hacia estas historias de un Medievo idealizado: los edificios públicos se construían en estilo neo-gótico, la hermandad prerrafaelita reivindicaba en sus cuadros, tapices y vidrieras un mundo noble e idílico donde los caballeros y las damas se conducían con el honor y la virtud que caracterizaban a la sociedad victoriana, y la Tabla Redonda era la precursora del nobilísimo Parlamento Británico. Lord Tennyson había escrito desde 1856 su serie de poemas sobre Arturo, “Los Idilios del Rey”, y el bestseller de la época, Mark Twain, había fantaseado sobre el comportamiento de un yanqui en la corte del Rey Arturo.
La base de la obra musical fue sin embargo una novela de T.H. White publicada en 1938, “The Once and Future King”. De las cabezas de Lerner y Loewe fueron saliendo canciones inolvidables. Al principio, en la canción cuya melodía asociamos inmediatamente (Camelot), Arturo le cuenta a Ginebra cómo todo allí es perfecto, hasta el clima. Luego llega Lancelot y en el hermoso mes de mayo (The lusty month of May) celebran una fiesta en el campo. Inevitablemente, Lance y Ginebra se enamoran, y él no podrá nunca dejarla (If ever I would leave you).
Bajo la dirección de Moss Hart, quien también había dirigido My Fair Lady, se estrenó en el Majestic Theatre el 3 de diciembre de 1960. Julie Andrews siguió ascendiendo peldaños en la escala social: de florista a dama, y de dama a reina Ginebra. Para el papel de Arturo confiaron de nuevo en un actor con escaso pedigrí de cantante, pero con un carisma arrollador, Richard Burton, y un desconocido Robert Goulet fue el encargado de interpretar al apuesto Lancelot.
La obra teatral no alcanzó el éxito de la anterior función del cuarteto Lerner-Loewe-Moss-Andrews, pero aún así ganó cuatro Tonys en 1961. Era el primer año de la administración Kennedy, y pareció tan evidente asociar los ideales del joven presidente católico irlandés con la mítica artúrica que desde entonces se conoce por Camelot al nuevo estilo que la joven pareja impuso en la Casa Blanca. Era inevitable que la obra pasara a la pantalla.
La Warner Bros de Jack L Warner fue la que produjo la película, estrenada en 1967. En la composición, el director Joshua Logan se inspiró en una serie de referentes pictóricos muy reconocibles, principalmente prerrafaelitas y modernistas. En cuanto a los actores, Richard Harris encarnó al Rey Arturo, Franco Nero (que fue doblado en las canciones) al apuesto Lancelot, y la adorable Vanessa Redgrave se convirtió en la mejor Guinevère que hayamos visto y oído jamás. La decisión fue polémica: se apostaba por la interpretación actoral, más que por la musical. El rodaje de los exteriores tuvo lugar en España, concretamente el castillo francés es el Alcázar de Segovia. La película consiguió 3 Oscars (dirección artística y de vestuario y adaptación musical, por Alfred Newman).
¿Por qué esta historia de Arturo y sus caballeros lleva tantos siglos perdurando en el subconsciente colectivo? Creo que es porque expresa cómo el ser humano es capaz de sobreponerse al caos y construir, en un momento estelar, una sociedad noble, bella, justa y pacífica, pero también cómo es capaz de dejarse llevar por pasiones y ambiciones, destruir en un instante todo lo conseguido, y provocar la vuelta al caos.
El trío de estrellas protagonistas también pareció verse arrastrado por este destino. Richard Harris se hizo rico y famoso, pero también alcohólico, tras su paso por Camelot: sus borracheras con el mismo Richard Burton llegaron a ser legendarias. Vanessa Redgrave dejó a su marido, el director Anthony Richardson, que la había engañado con Jeanne Moreau, para llevar a la vida real su romance con Franco Nero. Tuvieron un hijo, pero se separaron dos años después.
El trío de estrellas protagonistas también pareció verse arrastrado por este destino. Richard Harris se hizo rico y famoso, pero también alcohólico, tras su paso por Camelot: sus borracheras con el mismo Richard Burton llegaron a ser legendarias. Vanessa Redgrave dejó a su marido, el director Anthony Richardson, que la había engañado con Jeanne Moreau, para llevar a la vida real su romance con Franco Nero. Tuvieron un hijo, pero se separaron dos años después.
Pero en verdad, lo que ha hecho perdurar a esta historia de Arturo y sus caballeros es su invocación a la esperanza: si lo logramos una vez ¿por qué no podemos repetirlo?. Para Richard Harris, la reposición de Camelot en Broadway en 1981 fue el inicio de una segunda carrera cuando ya las glorias de Cromwell o del Hombre llamado Caballo parecían olvidadas. Ha muerto siendo el profesor Dumbledore, no se me ocurre un mejor último papel para él.
Vanessa siguió logrando éxitos y envejeció con un porte y una elegancia que ninguna otra actriz ha conseguido. La tragedia llegó a su familia con el accidente que le costó la vida a su hija Natasha (la Sally Bowles del Cabaret de Sam Mendes de 1993), pero parece que Camelot también ha hecho un pequeño milagro, y cuarenta años despúes ha vuelto a compartir su vida con Franco Nero.
Al final de la leyenda se nos cuenta que Arturo no murió, sino que fue llevado a la isla de Avalon, donde duerme hasta que le llegue el momento de volver y restaurar la paz en Camelot. Según Sir Thomas Malory, en su epitafio está escrito: “HIC IACET ARTHURUS, REX QUONDAM REXQUE FUTURUS (Aquí yace Arturo, rey en otros tiempos y futuro rey)". Mucho han hecho las canciones del musical y las imágenes de la película para que sigamos esperando el despertar de su sueño.
Isabel Jiménez Heras
Esta semana contamos con una colaboración de lujo. Por segunda vez –la temporada anterior entró con Mack the Knife- nuestra muy querida amiga y seguidora Isa nos regala un hermoso y documentado texto sobre King Arthur y sus viajes a través de la leyenda, la literatura, el teatro, el cine… Además de en otras muchas cosas (cientos) mi amiga y yo coincidimos en que este es uno de nuestros musicales más queridos, una de esas películas que vimos de pequeños y que aún nos siguen provocando las mismas sensaciones. Personalmente para mí, Camelot es una de esas joyas raras, una película fascinante, enigmática, turbadora… En mi memoria queda ese amor, ese deseo más allá de lo racional que se profesaban sus ¿tres? protagonistas. Harris, Redgrave y Nero, química entre tres, difícil de lograr. Grande.
ResponderEliminarIsa, tú también lo eres. Gracias por este regalo pre-navideño. Espero la próxima ansioso.
Los vídeos de esta semana están seleccionados con la supervisión y el beneplácito de la autora.
EliminarEl primero es obligado, una de las pocas imágenes de la producción original con Julie y Richard. No suena semasiado bien, pero es lo que hay, una delicia verlos bailando a los dos (era el celebérrimo programa de Ed Sullivan). El segundo es un jovencísimo Robert Goulet cantando el que para mí es el tema más bonito de esta obra y una de las mejores canciones de amor forever and ever, If I would ever leave you. Luego un clip de la película con sus protagonistas Richard Harris y Vanessa Redgrave poco después de haberse conocido, él le explica lo agusto que se está en su pueblo. Y finalmente la última producción orquestada de 2008, un "Encores" con la New York Philarmonic Orquestra con Gabriel Byrne como Arthur, Marin Mazzie como Ginebra y Nathan Gunn -un barítono que está pa toma pan y moja- que hace un Lancelot para matarse. C´est moi! Menuda presentación. Enchante, nice to meet you, wellcome, entra pa entro que a tu casa viene. Y así empezaron los líos en Camelot...
¡Qué bonito queda lo que yo había escrito colocado en este espacio y acompañado de estos vídeos!
EliminarEl Natan Gunn Lancelot me encanta, mañana comentamos lo de la sublectura gay del triángulo amoroso.
Buenas noches, y gracias a ti por dejarme entrar en tu pueblo.
Me da vergüenza, ante un texto introductorio tan estupendo, exponer aquí la crónica del concierto de Idina Menzel en Miami, que mi amigo Ángel me pidió cuando se enteró de que estuve en él. Pero lo prometido es deuda, y aquí os dejo mis impresiones (nunca mejor dicho lo de impresiones, pues yo no soy un experto en musicales). La pongo en varias partes, pues así me obliga el sistema.
ResponderEliminarMi santo me llama para cenar, y como no quiero leer esto a la ligera lo postpongo para luego. Para relamerme de gusto y de envidia al mismo tiempo. Gracias de antemano mi querido Javi por este detalle, por compartir con nosotros a esta "mostrua" verde que es mi idolatrada Idina.
EliminarY verguenza que lo cojan robando a uno en el Corte Inglés!!
INGRAVITY
ResponderEliminarSegún la definición de “estrella”, en un sentido general, puede afirmarse que una estrella es todo aquello que brilla con luz propia, llegando incluso a colapsar con su energía el entorno mas próximo. Pues bien, el concierto que dio el pasado día 30 de noviembre Idina Menzel, en el maravilloso escenario del Adrienne Arsht Center de Miami fue la confirmación, por si a alguien le cabía alguna duda, de que estábamos ante una verdadera Estrella con mayúsculas, de esas que efectivamente colapsan con su magnetismo a todo aquel que pueda contemplarla y, más aún, oírla.
Deliciosamente dulce e irónica, y muy alejada de ese papel de madre egoísta en Glee, que en la búsqueda por su carrera renuncia incluso al amor de Rachel, una hija inesperada que llega cuando todo empezaba a marchar, se nos presenta una hermosa mujer de inmensa altura vestida con un traje maravilloso negro son surcos muy leves de blanco. Probablemente un modelo de alta costura que en su percha acentúa una esplendida anatomía, pero que ella no necesita vestir con un calzado a juego como cualquier mujer hubiera hecho. No, ella se atreve a bajar esas escaleras cubierta con su largo traje donde nadie podría siquiera sospechar que lo hacía descalza. Más adelante nos contaría que odia el calzado que la aprisiona y no la deja volar por el escenario en libertad. Esto lo hizo todo el rato entre pieza y pieza.
Cómo supo esta mujer llenar ella sola ese enorme escenario puede parecer un misterio, pero nos dio sin ningún tapujo las claves de sus valores, que bien conoce desde los cinco años y no tuvo reparos en compartirlos. Nos contaría a todos que era una chica que no podía dejar de cantar y que para que su talento se educara la pusieron en clases de canto donde el piano y su vieja profesora la animarían a controlar esos fabulosos pulmones. También su facilidad para adquirir
ResponderEliminarregistros que difícilmente en principio parecerían casar con su tono y su timbre. Para muestra el comienzo del espectáculo con canciones de Judy Garland, Barbra Streisand, Sting y el propio Michael Jackson con el que se ganó la carcajada general al imitar como una payasa los movimientos del mito. Ella estuvo cómoda y entregada a un público que la adoraba en cada canción, en cada detalle que ella con emoción compartía y decoraba con un tema apropiado, como cuando recordó la perdida de un gran amigo en un accidente y casi hizo inundar en lagrimas el teatro.
Hizo una inusual demostración de generosidad cuando ella misma pidió a los asistentes que compartieran con ellas las canciones y, al principio, hubo un poco de pudor ante tamaño reto, pero ella ni se despeinó y se lanzó al patio de butacas donde, ya incitados y excitados, los jóvenes se arremolinaban con el brazo en alto para ser uno de los elegidos y ella compartía canción con ellos. Así estuvo casi con ocho personas, incluso una niña de no más de seis años a la que literalmente se comió a besos…todos queríamos ser esa pequeña en sus brazos. Por supuesto, sus amigos los gays…cómo no. Casi toda una colonia ocupaba los primeros y carísimos asientos y ella no se privó de invitarlos a cantar juntos y hacerse algunas fotos.
Y para acabar, nos dejó boquiabiertos cuando en un (nunca sabremos si aposta o no) perdió el auricular, decidió que era el momento de cantar a capela o directamente a pelo, pues tan solo se oyó su voz y una pequeñísima luz que le iluminaba la tremenda melena suelta. Bellísima. Todos en pie, gritos, alborozo, llanto…casi directamente un orgasmo colectivo. No pudo irse tan fácilmente. No la dejábamos y casi como el cuento que todos esperamos para dormirnos, finalmente, la luz se apagó y poco a poco empezó a entonar nuestro querido Ingravity. Se rompieron todos los limites que imponía el suntuoso teatro y las fotos ya no fueron secretas, ni los flashes, ni los gritos y las pancartas tan americanas y caseras de los fans… Inolvidable, sobre todo para mí que casi no sé nada más que lo que mis amigos me enseñan. Gracias Angel por compartir tu sabiduría y darnos estos gustazos. Ya sabes que en nuestra agenda eres Angel Musicales.
Un beso
Javier Velasco desde Miami
2 diciembre 2012
Bueno bueno bueno... artista! que no solo lo eres de los pinceles, que también manejas las teclas como quieres...
ResponderEliminarEn última instancia, saber escribir es saber transmitir. Y después de haber disfrutado de tu crónica me siento como se siente uno al salir de un concierto en el que ha estado volando durante dos horas. A veces tomar contacto con la realidad es duro, suele depender de la excelencia del intérprete. Es como el sonido del despertador tras un sueño profundo y placentero. Pues bien, mi despertador me ha devuelto a una realidad en la que, sencillamente, NO HE ESTADO EN ESE CONCIERTO!! Pero sí por un rato, con mi imaginación y tus palabras.
Idina Menzel, una estrella a la que tuve el privilegio de ver cuando aún no la conocía nadie y solo era la protagonista de un nuevo musical original y extravagante. Una chica que no sabíamos si era guapa o fea, porque su cara estaba maquillada en verde esmeralda, como la ciudad con la que soñaba esa Elphaba maldita, pero que cuando cantaba ponía los pelos de punta. De verdad que no es por tirarme el pegote, pero ese mismo día, en mi asiento del enorme teatro Gershwin, supe que pronto se convertiría en una de las grandes. A Glinda/Chenoweeth ya la conocía de sobra, y solo me reafirmé en su talento, pero lo de la Menzel fue una auténtica revelación.
Y el público de Miami! Lo que pudo ser por dios!! En este tipo de espectáculos el papel de la audiencia es crucial, con el variopinto paisanaje que inunda estos locales...
Gracias otra vez por compartir este "orgasmo" (no se puede describir de otra forma) con todos nosotros. Pocas veces apareces por aquí (se te echa de menos!!) pero cuando lo has hecho te has cubierto de gloria.
Disfruta de esa Florida de constante primavera! Y está atento a otros conciertos o shows que habrá por ahí, que aquí sufrimos los rigores de un crudo invierno y una pertinaz sequía de espectáculos.
Un abrazo nene!!
Ángel Musicales
Que nivelazo tiene esta entrada, da un no se qué intervenir. Entre la artista invitada y la crónica indexada, hacen que uno no se encuentre al nivel ni siquiera de emitir su humilde opinión.
ResponderEliminar¿Qué hablaaaaa? Ya estás expresando tu experta opinión, que has visto más musicales (y mejores) que muchos de los que aquí intervienen!!
Eliminar¿Conocías este musical? ¿Has visto esta película? ¿Conocías la música? ¿Qué te parecen los vídeos?...
Ay... lo que estamos pasando con él...
Bueno, bueno....estoy de acuerdo con Fernando...qué podemos decir? Me ha encantado la entrada ...Isa, qué bien escribes y cuanto sabes hija mía!! El musical es fabuloso...yo me lo compré en un mercadillo de Amstedam cuando me estaba iniciando en este mundo. Más tarde compré la peli que no recordaba haberla visto antes.
ResponderEliminarLos videos estupendos....el primero por la ternura que provoca ver a Julie y Richard bailando. Estoy de acuerdo con Angel en que la canción que interpreta R Goulet es la más hermosa de todas. La escena de la peli...genial, qué linda Vanessa y qué apuesto el Harris. Y el último...dònde estaba escondido este Lancelot....con razón a la Ginebra se le caían las bragas....así cualquiera.
Qué envidia más grande tengo ahora!!!! Yo quería estar en ese concierto....ya me queda menos pa la loterìa.
No sé como saldrá esto....escribo desde el mini galaxy!
Conso
Pues como suele decir ese tal Fernando... ahora mismo me pinchan y no me sale sangre.
EliminarNo me lo podría haber creído por años que viviera. La recalcitrante vecina de la Cuesta del Merendero, la que siempre estuvo en guerra abierta contra las nuevas tecnologías, la que desapareció de nuestra vista por culpa de un simple módem, la que luchaba sin tregua por no caer en las garras de un mundo wireless, la que huía despavorida ante un wifi, la que creía que el puerto usb estaba en la costa gaditana, la que pensaba que Steve Jobs era un jugador de la NBA, la que resoplaba, bufaba y maldecía cuando algún comensal hacía uso de su conectividad en público... esa misma se ha conectado a través de su pequeño mini galaxy blanco cromado para entrar y participar en este su blog...
Y además sin la más minúscula o insignificante falta o errata, con lo chiquitito que es el teclao!!
Que me aspen pero ya!
A mí si que se me han caío las bragas hoy!!
Por cierto, esa Ginebra no tendrá ningún parentesco contigo ¿verdad? jajajaja
Te has pasado un poquito no? Lo de Steve Jobs seguro que no porque conozco a todos los jugadores de la NBA.
EliminarYo con Ginebra el único parentesco que tengo son los cubatas que me meto entre pecho y espalda.
Conso
Esta semana no tenemos que felicitar al bloguer sino a su colega. Pues tambien lo felicitamos a él por lo bien que se rodea. Estupendo post y tan bien documentado. Si puedo este finde me pongo la peli que hace como quince años que no la he visto, a disfrutar de esos escenarios de cuento, que algunos son tan reales como el alcázar de nuestra Segovia.
ResponderEliminarSaludos a todos!
Pues sí, me tienes que felicitar (whoever you are, como el tema de Promises Promises) y mucho por los amigos que tengo. Al final, lo único que de verdad importa. Y mi co-redactora es de las incondicionales, de las de toda la vida.
EliminarMe has dado una buena idea, esta noche -si convenzo a mi santo- me pongo en vena esta maravilla de Joshua Logan!
Gracias por entrar, whoever you are (siempre dependí de la bondad de los extraños)
Yo con lo que flipo es con lo que le cunde el tiempo a nuestra Isabel! Abrumada me hallo por su capacidad y su narrativa!
ResponderEliminarMira quien va a hablar!! Como si a ella no le cupiera o cupiese ná (me refiero a actividades variadas sin fin al cabo del día) jajaja
EliminarPregunta: ¿qué es más fácil? ¿publicar una entrada en stage door o cuadrar un almuerzo navideño para 22 con barra libre incluida?
Esta chica es una joya: lo mismo procura, que traduce, que explica la PCC, que vigila un examen, que lo corrige...., además tiene sensibilidad, estilo, clase. Y, por si fuera poco, es amiga de sus amigos y una persona de estas cuyo nombre hay que escribir con mayúsculas....
ResponderEliminarFdo. Robert Schuman
Por dios!! hasta músicos famosos entran esta semana a comentar en stage door!! (que nooo, que ya sé que Schuman es un estadista la mar de importante). Pues menudo tirón tiene mi Isa!!
EliminarY a mí que me parece que esta es una falsa identidad... que una famosa estrella del pop con nombre de virgen italiana se esconde bajo este seudónimo...
oiiccccchhhhh.... desde luego...., siempre me pillas! voy a ducharme que esta tarde grabo un dueto con Britney..., a ver si logro espabilarla.... jajajajaja...
EliminarParafraseo: agradecidaaaa emocionadaaa, solamente puedo decir....
ResponderEliminarAgradecida por los cumplidos, suscribo lo que dice el blogmaster, si de algo presumo es de los amigos que tengo.
Emocionada por que mi Conso haya dado el salto digital.
En cuanto al artículo, es muy fácil escribir cuando algo te gusta tanto como a mí me gustó esta película, que es verdad que hace siglos que no la reponen. Y cuando me jubile o algo me dedicaré a escribir una biografía de la Redgrave, no la puedo admirar más, y eso que se morirá sin que yo la vea en vivo. Con la edad que tiene, con la tragedia de perder a su hija, y todavía en abril de este año ha sido la directora invitada del Festival de Brighton. Me pido ser como ella.
Brava, Isabel!
ResponderEliminarDespués de ver a Richard Burton saltando de esta guisa, me va a costar no quitármelo de la cabeza cuando vuelva a verlo en Virginia Wolf. Aún así el vídeo tiene un encanto fuera de serie.
ResponderEliminarLa película ya la conocía de otra ocasión en la que el blogger me la recomendó, ahora no recuerdo por qué, pero ya la conocía. El musical me ha gustado, aunque en ocasiones me ha recordado a "La venganza de Don Mendo" de Muñoz Seca, con ese Fernán Gómez en mallas y peluca, jajajajajaja.
Reiterar mi enhorabuena a la colaboración especial de Isa que me ha dejado sin palabras, que versación más grande, chiquilla.
Fernando, yo también me acordé de la vengana de Don Mendo cuando vi los videos de la producción teatral... Me declaro superfan de Don Mendo: si en España tuviéramos verdadero amor al teatro, esa obra la repondrían cada año y la recitarían los niños en los colegios, pero vamos, si casi no se repone a Lope de Vega, para qué vamos a hablar.
EliminarGracias por la enhorabuena, a ver cuándo te animas tú.
Mi padre se sabía La Venganza de Don Mendo de memoria y de punta a cabo. Por eso, lo que antes me hacía reir hasta doblarme, ahora me emociona al recordarlo.
EliminarY que no se haya hecho un musical sobre esta obra maestra...
Como es época de corrección de exámenes y no tengo tiempo de escribir nada nuevo ni mejor sobre "Camelot" (leído lo leído tras la maravillosa entrada de Isabel), me limito en esta ocasión a cortar y copiar lo que escribí en su día en mi extinta (by the moment) "Enciclopedia del Cine Musical" (y que me perdonen los dioses del olimpo stage door, pero soy fan de la obra pero no de la película):
ResponderEliminar"El principal problema que presentaba la traslación al cine de la comedia musical “Camelot” (estrenada en Broadway en 1960 de la mano de Richard Burton y Julie Andrews - cuatro años antes de convertirse en Mary Poppins- , con letra y música de la pareja Lerner y Loewe) residía en el tema y en la época sobre los que giraba la acción.
Me explico. Representar sobre un escenario teatral los avatares del Rey Arturo y sus caballeros de la tabla redonda en formato musical puede funcionar perfectamente pues la propia convención escénica acepta y propicia el distanciamiento irónico sobre la legendaria leyenda de carácter épico. Si este convencionalismo (como vimos en “Bésame Kate" entradas atrás) viene arropado por un puñado de grandes temas musicales, por unos grandes actores y por una bella historia amorosa de fondo, sustentada en unas letras acertadísimas, el éxito puede estar asegurado.
Sin embargo, en cine estos aspectos no funcionan de la misma manera. O al menos su director, Joshua Logan, no logra transmitir el dinamismo irónico y lírico que de la escena surgen (defecto que considero generalmente presente en las películas musicales dirigidas por Logan, como iremos señalando a lo largo de esta enciclopedia).
En la pantalla grande quedan ridículos, por pausados y melosos, los momentos musicales. La épica tiene sus normas, y en cine los grandes mitos artúricos no pueden estar faltos de grandeza ni les está permitido caer en sensibilidades pueriles. De la misma forma que la ironía es un concepto que en la radio no funciona, en cine hay que ser muy bueno para convencer al espectador de que debe olvidar ante qué historia se enfrenta y que tiene que centrarse en lo que verdaderamente interesa: una estupenda obra musical basada en el eterno y atractivo conflicto entre el deber, por un lado, y el amor, por otro.
La película ha envejecido mal (habrá quienes me crucifiquen por decir esto), pero la base musical de los creadores de “My Fair Lady” y de “La leyenda de la ciudad sin nombre” sigue siendo uno de los grandes momentos de la historia del musical americano.
Tres premios Oscar en 1967: Mejor banda sonora original adaptada, Mejor dirección artística y Mejor vestuario (dos nominaciones más: Mejor fotografía y Mejor sonido)
Bueno buenooo, que me ausento un día y al regresar me encuentro la polémica abierta!!
EliminarLo que dice Santi lo resume todo, para gustos colores. Pues sí, es verdad que muchas veces nos puede más nuestro sentimentalismo y nuestra pasón que el verdadero criterio cinematográfico. Lo admito, mea meísima culpa, me cuesta muchas veces ser objetivo con películas que me han hecho soñar tanto. Luego miras algunas cosas con lupa y te das cuenta de que tal vez eran sensiblemente mejorables...
Lo que sí espero es que el extinto -y excelente- DICCIONARIO DEL CINE MUSICAL, deje de ser tan extinto algún día y nos siga ilustrando como solía hacerlo. ¿Por qué no postear por lo menos una entradilla a la quincena, o al mes si me apuras? ¿Es que no llegaríamos hasta la letra P o Q o R? Sí hombreee!! Si los Mayas lo permiten...
XDXD nada más lejos de crucifixiones, pero tengo que decir que vi la otra noche esta película después de años y me parece fresca y ágil como el primer dia. No he tenido la sduerte de verla en un escenario y no sé como funcionaria la historia pero en cine me sigue conmoviendo y emocionando como siempre. Y creo que ese ritmo pausado al que te refieres en tu critica es intencionado de todas todas. Y el flipe de sus actores, desde ese Richard Harris hasta ese Franco Nero hasta la Regrave, includso Rudy McDowall (¿se escribe así?) están en estado de gracia. En vestuario, los decorados, la orquestación... en fin, me imagino que para gustos colores.
ResponderEliminarSaludos
Santi
Estoy con Santi, y me alegro de que haya visto la peli hace poco. Al principio yo también creía que habría envejecido mal, pero NO. Es cierto que las canciones son las vigas maestras de todo musical,y también de esta película, pero en este caso se ven muy bien acompañadas por las interpretaciones de los actores son soberbias, Roddy McDowall está soberbio, y a mí sí me gusta mucho la puesta en escena, tomando toda la imaginería de Burne-Jones, que parece que estás viendo un cuadro en movimiento.
ResponderEliminarY como comentaba el blogmaster, la tensión turbadora entre Arturo y Lancelot, está muy bien insinuada en la película, por no hablar del último monólogo de Arturo...
Así lo veo yo. Ay... si pudiéramos volver a ver estas joyas en una pantalla grande tipo el Cervantes... que por cierto me acabo de enterar de que lo van a restaurar y convertir en sala multiusos (teatro, cine, festivales...) Miedo me da...
EliminarQue "estreses".
ResponderEliminarYo estoy con Fernando y mi Conso. Despues de tantos brillos, y tanto bueno, ¿que decir me queda?, o ¿que me queda decir?...: "Na"!.
Lo voy a poner breve y clarito, Camelot = Maravilla.
Como ves, Angel, por una vez, uno de los musicales antiguos,
si que me toca, y mira que es dificil, pero este tiene un algo, muy especial, dejando aparte la cursileria, fué de los primeros que tuve en video, lo pusieron en TV, y me volví loco hasta que hubo alguien que me lo copió. Aún era dependiente de la tienda, y de eso debe hacer más de un cuarto de siglo...! Hay piezas que envejecen muy bien. Sentí mucha curiosidad en un viaje a Londres que lo anunciaban con Jason Donovan... ¡Uff!. No lo vi, quizas mejor, tal vez hubiera perdido esa magia.
La critica de "Singin", ya te la mando, y la de "Concha", que fuimos a la despedida este pasado Domingo. ¡Que lujo!,
canta peor que Idina seguro, pero... ¡Que lujo!.
Gracias mil por toda la info, que
es siempre bien recibida y muy valorada!.
Felices Fiestas a todos!
Besos.
Luis.
¿Por fin vísteis a la Concha de España? Pues me puedo imaginar vuestras caras de felicidad, en un show en el que no puedes hacer otra cosa que pasártelo bien!
Eliminar¿Jason Donovan como Arturo? ¿O hacía de Lancelot? Espero que no de Ginebra... Pues igual estuvo bien... a veces esas cosas raras funcionan de maravilla.
Felices fiestas a ti también, pero la semana que viene tendremos un ESPECIAL NAVIDAD. Don´t ever miss it!! Muac
Querida Isa, enhorabuena, te has superado de todas todas… Que disfrute de entrada!
ResponderEliminarComo dice el historiador cinematográfico Juan S.Toro, “el musical en pleno siglo XXI está en auge, pero siempre caminará por las cenizas calientes del fuego que alimentó una ciudad llamada Camelot”
Me han dado unas ganas enormes de volver a ver la peli……Me lo apunto en tareas pendientes para estas Navidades a ver si pudiera ser….
Oye, y para lo de ser como Vanessa Redgrave dime, ¿Dónde hay que coger número?. Qué mujer!, todo lo que toca lo engrandece y dignifica. Encima de un pedazo de actriz, una mujer comprometida, luchadora incansable, activista anti guerra, militante de las campañas de los derechos humanos. Idola entre las idolas, sin duda.
Os felicito a ti y a mi queridísimo blogmaster por tanta sabiduría compartida y por hacer realidad lo que dice nuestra admirada Vanessa: “Mantengo la firme creencia de que la música, el teatro y el cine son tan importantes o más que la comida porque alimentan el alma y hacen más resistente al ser humano”.
Angel , gracias por tanta soul food to go….
Salud y felicidad para todos.
Paula
Tú sí que me alimentas el alma!! A Vanessa la adoramos porque es auténtica e inalcanzable al mismo tiempo. Y además canta con su propia voz (no como otras...) a pesar de que el estudio insistió en doblarla.
EliminarÚltimamente ha tenido grandes reveses en su vida (la muerte de su hija Natasha, de su hermano Corin y su hermana Lynn, otra enorme actriz por cierto) pero ella sigue tan elegante y sofisticada -y bellísima- como ya lo era desde Blow up.
Hace unos años estuve a punto de verla en B´way cuando hacía "The year of the magical thinking" en el stage door de su teatro, pero se me cruzó por medio Angela Lansbury y me fui pa ella flechao. Sorry Vanessa, otra vez será! Es que no se sabe a donde acudí...
Gracias por entrar Paulina mía, soul food to go and to stay whenever!!
Paula, gracias por tu aplauso, y por la cita de La Redgrave, que no conocía, pero que me copio para mí. Ojalá se pudieran copiar igual el talento, el compromiso y la elegancia.
EliminarAngel, qué dilema más bueno, poder elegir entre esas dos divas. Si nos hubiera tocado ayer la lotería nos iríemos wherever a verla, pero no ha podido ser. Nos contentaremos con alimentar nuestros necesitados espíritus con cine, televisión, libros y blogs.
Ángel, ten cuidado que Isa viene pegando fuerte y como te descuides te quita el trono y el reinado de este blog! Coincido con vosotros en que Vanessa Redgrave es una persona adorable, que compagina de forma admirable su talento artístico en cine y teatro con una actitud beligerante y activa frente a la injusticia y la violencia. De Camelot poco puedo decir, hace mucho tiempo que vi la película y creo que va siendo hora de recuperarla,estos días son absolutamente apropiados. ¿Sabéis que existe una serie de TV del año pasado sobre Camelot con Joseph Fiennes haciendo de Merlín? A3 la estrenó pero creo que suspendió la emisión por falta de audiencia. De todas formas, tiene pinta de ser una versión muy rendida a lo comercial. Enhorabuena, Isa, por una entrada bien escrita, bien documentada y que nos hace, además, reflexionar. Y en esta época de buenos deseos, y aunque más a menudo de lo que nos gustaría vemos impotentes cómo nos alejamos de ella, espero que algún día alcancemos, con nuestras pequeñas contribuciones del día a día, esa sociedad noble, bella, justa y pacífica de la que hablas.
ResponderEliminarBesos y abrazos para todos.
Ya lo sé!! En la entrada que hizo el año pasado ya le veía como una Eva Harrington esperando que la pobre Margo Channing pegara el bajonazo!
EliminarPero ¿qué le vamos a hacer? Las superwomen es lo que tienen, que pueden con todo y con todos!!
Qué cosas más lindas escribe mi santo cuando a él le da la gana de ponerse!!