Sutton Foster
Entre las "leading ladies" del Broadway de los años dorados ha habido heroínas, vampiresas, cómicas, clowns, hembras con agallas, chicas buenas, malas malísimas... Algunas veces todas juntas en una misma. Y encima cantando, bailando y actuando a prueba de críticos del New York Times. Por eso es tan dificil llegar a conseguirlo, por eso hay tantas actrices y tan pocas estrellas (lo uno no resta valor a lo otro, pero es...diferente, otra cosa). Se las suele llamar "divas", pero acércate al Stage door después de una función -siete a la semana y dos matinees- y las verás con la cara lavada, irreconocibles a veces, amables pero tímidas (el escenario las transfigura), abrumadas por la expectación pero siempre dispuestas a una sonrisa, un autógrafo más o a otra foto con el grupo de teenegers del Pensacola High School. Say cheese!
Sutton Lenore Foster, nacida en Statesboro, Georgia hace unos 35 añitos -hermana de otro actor de prestigio, Hunter Foster- es un ejemplo perfecto de ello. Una auténtica "gypsy", que es como se les solía llamar a los cómicos de siempre, los que se dejan el pellejo y la salud pululando de teatro en teatro sin importarles nada el desarraigo que eso conlleva. Esta muchacha de piernas infinitas -pero que representa a la perfección la imagen de "the girl next door"- ni siquiera pudo terminar sus estudios de interpretación ya que sus profesores se apresuraron a correr la voz de que había un diamante listo para pulir cuanto antes. Y así se enroló en la gira de "The Will Rogers Follies", eclipsando por completo a la actriz que hacía su papel en el estreno (quien era?), luego vinieron la Sandy de Grease, Grace en Annie, Eponine en Les Miserables, hasta que le llegó el papel que la consagró definitivamente, Millie Dillmount en Thoroughly Modern Millie, sirviéndole en bandeja su primer Tony. Luego llegaron Little Women -¿seguro que el personaje de Jo March no fue escrito para ella?- The Drowsy Chaperone, Young Frankenstein -divertidísima en el papel de la enfermera fraulein Inga-, se pintó de verde para hacer de princesa Fiona en Shrek the musical, y ahora está a punto de estrenar una nueva versión de Anythng goes (y van...) sin miedo a que la puedan comparar con sus antecesoras en el papel de Reno Sweeney: Merman, Paige o LuPone, ¿de qué preocuparse?
Para los que piensen que en Broadway ya nada es lo que era, que ya no hay estrellas, solo "celebrities" calentando tablas para animar las taquillas; para los pesimistas que añoran aquellos buenos tiempos, un par de muestras de talento fresco y versatilidad ilimitada. Un número de la impagable Thoroughly Modern Millie (la versión musical de la película de Julie Andrews) en la que canta -y baila!- con despecho y mucha gracia "Forget about the boy". Y luego el plato fuerte, un ensayo sin vestuario ni decorados del tema principal de Anything goes de Cole Porter, de hace más o menos un mes, con asistencia de reporteros. En el cast la acompaña, entre otros, un incombustible Joel Grey, para rematar. A pesar de que el cuerpo de baile no es de este mundo, no podrás quitarle los ojos de encima. Por eso y no por otra cosa, la llamamos estrella.
Sencillamente "astonishing" (como el título de una canción que interpreta en Little Women) que quiere decir algo así como que te quedas pegado a la butaca, aunque al salir del teatro sientas deseos irrefrenables de recorrer la cuidad al ritmo sincopado del claqué. Ojalá supiéramos...
¿A alguien le sobra un billete a Nueva York?
Sutton Lenore Foster, nacida en Statesboro, Georgia hace unos 35 añitos -hermana de otro actor de prestigio, Hunter Foster- es un ejemplo perfecto de ello. Una auténtica "gypsy", que es como se les solía llamar a los cómicos de siempre, los que se dejan el pellejo y la salud pululando de teatro en teatro sin importarles nada el desarraigo que eso conlleva. Esta muchacha de piernas infinitas -pero que representa a la perfección la imagen de "the girl next door"- ni siquiera pudo terminar sus estudios de interpretación ya que sus profesores se apresuraron a correr la voz de que había un diamante listo para pulir cuanto antes. Y así se enroló en la gira de "The Will Rogers Follies", eclipsando por completo a la actriz que hacía su papel en el estreno (quien era?), luego vinieron la Sandy de Grease, Grace en Annie, Eponine en Les Miserables, hasta que le llegó el papel que la consagró definitivamente, Millie Dillmount en Thoroughly Modern Millie, sirviéndole en bandeja su primer Tony. Luego llegaron Little Women -¿seguro que el personaje de Jo March no fue escrito para ella?- The Drowsy Chaperone, Young Frankenstein -divertidísima en el papel de la enfermera fraulein Inga-, se pintó de verde para hacer de princesa Fiona en Shrek the musical, y ahora está a punto de estrenar una nueva versión de Anythng goes (y van...) sin miedo a que la puedan comparar con sus antecesoras en el papel de Reno Sweeney: Merman, Paige o LuPone, ¿de qué preocuparse?
Para los que piensen que en Broadway ya nada es lo que era, que ya no hay estrellas, solo "celebrities" calentando tablas para animar las taquillas; para los pesimistas que añoran aquellos buenos tiempos, un par de muestras de talento fresco y versatilidad ilimitada. Un número de la impagable Thoroughly Modern Millie (la versión musical de la película de Julie Andrews) en la que canta -y baila!- con despecho y mucha gracia "Forget about the boy". Y luego el plato fuerte, un ensayo sin vestuario ni decorados del tema principal de Anything goes de Cole Porter, de hace más o menos un mes, con asistencia de reporteros. En el cast la acompaña, entre otros, un incombustible Joel Grey, para rematar. A pesar de que el cuerpo de baile no es de este mundo, no podrás quitarle los ojos de encima. Por eso y no por otra cosa, la llamamos estrella.
Sencillamente "astonishing" (como el título de una canción que interpreta en Little Women) que quiere decir algo así como que te quedas pegado a la butaca, aunque al salir del teatro sientas deseos irrefrenables de recorrer la cuidad al ritmo sincopado del claqué. Ojalá supiéramos...
¿A alguien le sobra un billete a Nueva York?