Vietnam, 1975 (The heat is on in Saigon)
Hacer arte de la destrucción, del dolor, de la muerte. Sacar belleza de la injusticia, el terror y la sinrazón... no es nuevo. Ya lo hicieron Goya y Picasso. Ya lo hizo Lubitsch riéndose de los nazis en To be or not to be, o David Lean emocionándonos con la Primera Guerra Mundial en Lawrence of Arabia o la Segunda en The Bridge on the River Kwai... También Wagner, Verdi, Puccini... ¿No trata el aria más hermosa de la historia sobre una geisha enamorada hasta las trancas de su invasor?
Madama Butterfly fue inspirada por un relato de John Luther Long sobre un amor imposible en tierras lejanas y exóticas, muy de la ópera de principios del siglo XX. Oriente y occidente en conflicto, intereses políticos y comerciales enfrentados... y los sentimientos cruzando por medio y sin mirar.
Una adolescente japonesa vendida por unos cuantos yenes a un oficial americano, un apresurado matrimonio de conveniencia, un hijo que nace de una relación a punto de morir, una mujer abandonada esperando sola frente al puerto, una nueva vida -y una nueva esposa americana- que hacen aún más difícil el reencuentro de los amantes. El hijo entregado a su padre, y un suicidio justo antes de la caída del telón final.
Para tratarse de una ópera en tres actos no está mal, y más si a esta tragedia mayúscula le pone música Giacomo Puccini.
La Guerra de Vietnam nada tiene que ver con la ocupación de los puertos japoneses por la armada norteamericana a finales del XIX, aunque si lo pensamos bien, de aquellos lodos estos barros... Pero no, el país, el contexto y el conflicto en sí son bien distintos, aunque en el musical Miss Saigon se vuelvan a entrecruzar el lejano oriente y el poderoso occidente en forma de amantes dispuestos a sufrir y hacernos sufrir mucho a todos.
El compositor francés Claude-Michel Schönberg -ya célebre tras el éxito arrollador de su primer gran show de proyección mundial Les Miserables- no encontró la inspiración de esta obra en la ópera de Puccini, o no únicamente en ella. Al parecer estaba hojeando una revista a mediados de los ochenta cuando de repente no pudo pasar a la página siguiente. La foto de una madre vietnamita entregando a su hijo a unos soldados americanos en la base de Tan Son Nuht conmovió al músico como conmovería a cualquiera. El sumun del sacrificio humano, desprenderse de un hijo de forma voluntaria con la esperanza de que tenga una vida mejor, para que pueda alcanzar el tan traído y llevado American Dream. Y así se encendió la chispa de un proyecto que se iría complicando hasta convertirse en uno de los más grandes musicales de las últimas décadas.
Con la colaboración del letrista Alain Boublil, con quien también coescribió Les Miserables, se pusieron manos a la obra ahora sí actualizando la trama de la celebérrima ópera italiana. Hacer una revisión de Madama Butterfly deconstruída y rediseñada pero que conservara el mismo dramatismo y la misma idea de partida, el amor condenado al fracaso por culpa de la guerra, de la ambición, de los intereses... Una geisha o una chica de barra americana, un teniente de marina o un sargento a punto de abandonar Vietnam, un casamentero reputado o un proxeneta ambicioso y sin escrúpulos... los personajes de la ópera son padres -o abuelos- de los del musical, pero con muchas variantes que lo acercan un poco más a un público contemporáneo y contribuyen a hacer un homenaje musical único a las víctimas de una de las guerras más absurdas de todas las guerras absurdas provocadas por la humanidad.
En la etapa final de la ocupación americana de la actual Ho Chi Minh -antes Saigon- una pandilla de solados se emborracha en un cabaret de la capital en el que cada noche se elige una miss, como en América, pero en este caso en venta al mejor postor. Una chica nueva se estrena en el mercado de la carne, inexperta y asustada llama la atención de un joven sargento que se queda prendado de ella. Chris y Kim, la luna y el sol unidos por los dioses de la fortuna, como literalmente dice la balada.
Pero todo se está derrumbando a su alrededor, la ciudad se vuelve frenética ante el inminente abandono del ejército americano, se van los soldados, se acaba la guerra...pero también se acaba el negocio de esta Babilonia contemporánea, y la esperanza del tercer mundo de acercarse un poco más al primero.
Con un argumento cargado de giros inesperados (o esperados para quien conozca la ópera original), de episodios trágicos, cómicos, grotescos, románticos y excitantes a más no poder -como la famosa escena de la caída de Saigón y la evacuación de los militares, con helicóptero incluido- y un score como el creado por el tándem Schönberg/Boublil repleto de temas inolvidables (Sun and Moon, Last night of the world, I still believe, The american dream...) estaba claro que el producto daría mucho que hablar.
El 20 de septiembre de 1989 fue el estreno mundial en el Theatre Royal, Drury Lane, un legendario teatro en el corazón de Covent Garden ocupado por este show casi tanto tiempo como los americanos lo hicieron con Vietnam, superando a la obra que más tiempo había permanecido en dicho local, My fair lady. 4.264 funciones en diez años representándose simultáneamente en Broadway desde 1991 hasta 2001. Todo un record en su tiempo, a la altura del otro gran éxito de los autores de Les Miserables.
La avalancha de Oliviers y Tonys recibidos -destacando los de sus protagonistas Lea Salonga y Jonathan Pryce- avalaron esta pieza clave del teatro musical contemporáneo que muchos han querido convertir en película pero aún sin éxito.
Múltiples producciones en Australia, Canadá, Japón, Filipinas, Alemania, Holanda o Austria hacen de este show un hito indiscutible que ahora vuelve a su cuidad de origen, Londres. Esta vez en el Prince Edward Theatre -ya que el Royal se encuentra tomado por Charlie y su chocolatería- Cameron Mackintosh emprende una fastuosa producción de esta mítica pieza estrenada con atronador éxito el pasado mes de mayo. Nuevos decorados, nuevo diseño escénico, orquestaciones -tenemos a nuestro paisano Alfonso Casado en la dirección musical del show- y un nuevo reparto del que se están contando maravillas, aunque ponerse a la altura de Salonga y sobre todo de un Jonathan Pryce que no ha estado nunca tan inspirado como con este personaje, no debe resultar nada fácil.
Pero nosotros sí lo tenemos fácil, a la vuelta de la esquina como quien dice. Romance en tiempos de guerra, sexo, violencia, abandono, reencuentro, amor y muerte en una ciudad maldita adornada con luces de colores como el burdel en que llegó a convertirse.
No tenemos excusa para no dejarnos caer una vez más por la gran ciudad -aunque de momento aconsejamos esperar a que quede algún asiento libre- y rendirnos ante esta obra maestra única y original, y reconocer de nuevo que "the heat" continúa estando en el centro de Londres, a un paso, ya digo.
Stage door esta de luto, bueno, de medio luto, que aún nos viven Sondheim, Carol Channing y Angela Lansbury, y que nos duren mucho por dios!!
ResponderEliminarLos crespones los guardamos para mejores ocasiones, pero esta semana no podemos sino traer un dramón dada la desilusión que sufrimos.
Tantos días acariciando el repertorio, los solistas, la orquesta, el coro, la dirección del más grande concierto de musicales que nunca se vio en este país... y nada. Explotó como una pompa de jabón, como se evaporan los sueños, como nos sorprende el lunes antes de que llegue el domingo, como se acaba la canción justo cuando nos sacaron a bailar.
El que escribe se siente decepcionado no solo por las ganas que tenía de ver materializado tal evento, sino por conocer la ilusión que le hacía a algunos de sus mejores amigos, varios de los cuales pensaban desplazarse a nuestra ciudad desde lugares lejanos y en circunstancias no siempre favorables.
Pero así es la vida. Broadway a Broadway y Sevilla a Sevilla, a cada cual lo suyo. Y quién sabe... tal vez en el futuro... Como dice la bellísima copla de Bernstein "We´ll catch up some other time"
Esta semana rendimos homenaje a un show que tuve la suerte de ver hace unos 15 años más o menos. En el Broadway Theatre de Nueva York. Y me dejó literalmente pegado a la butaca desde principio al fin. Miss Saigon, buen título ¿no?
ResponderEliminarComenzamos con una actuación en el celebérrimo homenaje a su productor Sir Cameron Mackintosh, en Hey Mr. Producer! Lea Salonga, David Campbell y Jonathan Pryce presentan algunos highlights del show en la gala de 1998. Si no tienes este dvd corre a conseguirlo porque nunca se ha hecho nada igual.
Seguimos con una de las baladas más divinas del escore: Sun and Moon. El momento en que Chris y Kim se enamoran tras su primer encuentro. Era la producción filipina de 2000, lugar de origen de lea Salonga, por cierto. En Manila tuvieron el privilegio de ver a la actriz original en este caso acompañada por un Chris de lujo total, Will Chase (Smash).
Y aunque en el popurrí con el que comenzamos ya casi vemos el número completo, volvemos a poner el The American Dream porque me encanta a no poder más y porque en el video anterior se corta de mala manera (y no sale el cochazo con la miss encima porque era una adaptación para otro escenario). Ver a Jonathan Pryce (para mí lo mejor del show) trotando encima de ese Cadillac -o lo que sea- merece volver a disfrutar de ese temazo que llega casi al final del show.
Eran los Tonys del 91.
Según tus palabras y que he mirado en la página del Teatro de la Maestranza imagino que el concierto de los musicales se ha cancelado no? Una lástima, yo incluso me estaba planeando una escapada a Sevilla. En fin, como bien dices otra vez será. Mucho ánimo y a seguir deleitándonos cada semana¨
ResponderEliminarBesitos de Ana
Muchísimas gracias querida amiga!! Sí, así ha sido. Y una lástima que no nos hayamos podido conocer al fin!! Pero bueno, quien sabe? otra vez será?
EliminarSiempre nos quedará este rinconcito quincenal para entretenernos un poco y soñar que Broadway está en Sevilla, o en Córdoba... jajaja
Un abrazo grande para ti!
Menuda entrada! la comparto ahora mismo Ángel, muchas gracias. Y muchas gracias por la nota que pones al final sobre los conciertos de Sevilla, aún nos dura la resaca de la decepción por aquí y aún no le encontramos explicación... un abrazo!
ResponderEliminarAlfonso
Todo un honor que me lea el director musical de este pedazo de show! Poniendo en marcha cada noche ese gran espectáculo seguro que se te olvida pronto la decepción sufrida en tu ciudad.
EliminarPero tú no desfallezcas y síguelo intentando, a ver si en 2015... please!!! Aquí me tienes para ayudarte en lo que humildemente pueda!
Un abrazo
A través del ya extinto (y maravilloso) programa radiofónico "La calle 42", y gracias a las voces de sus conductores José María Pou y Concha Barral, cuando aún no existía "el internet" y yo no tenía medios de viajar a Londres o Nueva York, en la quietud de la noche, metidito en la cama, con el auricular en la oreja para no molestar a quien vela mis sueños desde hace ya 29 años, imaginaba que un helicóptero sobrevolaba mi habitación y que un actor, al que le ponía cara por conocerlo de algunas películas, me emocionaba con su trepidante "American dream". Tuvieron que pasar los años para que pudiera ver por Youtube (¡bendito seas!) esos vibrantes momentos, ¡y eran tal y como el señor Pou y la señora Barral habían transmitido, con sus palabras, a través de las ondas! Un pedazo de musical. A ver si tuviera la oportunidad este otoño de escapar a Londres a verlo. Cruzo los dedos.
ResponderEliminarEspero que así lo hagas! Inténtalo con todas tus ganas! Y además podrás ver The Scottboro boys que se vuelve a estrenar este otoño... y más cosas!
EliminarTodo menos quedarnos en este bendito país donde el teatro musical se asocia exclusivamente con El Rey León y donde hay un desconocimiento absoluto del nombres como Sondheim, Kander, Ebb, Coleman o Yeston.
Hijo es que desde que pasó lo que pasó estoy que no levanto cabeza...
Qué buenos tiempos aquellos en los que hasta en la radio había un programa semanal dedicado al tema!! Yo también recuerdo haberme acostado alguna que otra vez con la radio aquellos sábados por la noche!!
Un abrazo
Si mis planes no se aguan me voy en setiembre a verla. Me parece tan potente, tan electrizante, por lo menos oída, imagino que vista en directo será aun más grande. Alguna otra recomendación de los expertos para un finde en London?
ResponderEliminarkiss kiss bang bang
Pues adelante con tus planes whoever you are!!! (Kissbang?) Yo tuve la suerte de verla en su montaje original y de verdad merece la pena.
Eliminar¿Qué otras cosas hay por allí? Pues mira las fechas pero hasta final del verano estará The pajama game y a principios de octubre se reestrena The Scottboro boys, así que ya solo con eso tienes un fin de semana pleno.
Saludos y kisses!!
jajaja soy Patti! Y gracias por las recomendaciones, creo que voy a intentar Charlie and the chocolate Factory, que me han dicho que flipas sobre todo con el montaje, y miss Saigón, claro.
EliminarAh Patti!! hacía tiempo que no te veía por aquí!!
EliminarDe Charlie me han comentado de todo. Desde que no hay que perdérsela hasta que promete mucho más de lo que da. A mí me apena que no hayan conservado las canciones de Bricusse de la peli original, tan solo Pure imagination- pero por lo demás iría a verla. A ver si comentas qué tal a tu vuelta!
Pásalo bien, besos!
Gran entrada -como todas tus anteriores- de lo que se ha convertido en todo un genero tanto literario como cinematográfico : "militar norteamericano y asiática se enamoran..." Buenos interpretes y buena música. Me ha parecido ver al final a un Jonathan Pryce disfrazado de "Faemino", jajajaja. Abrazos!!
ResponderEliminarJosemi
jajajajaja sí que es verdad! Pero que sepas que a mí Jonathan Pryce de toda la vida a quien me ha recordado es a ti!! Mejorándote, claro!
EliminarCreo que es un actor redondeo, en teatro de texto, en cine.. y ya si lo ponemos a hacer musicales es que se sale el tío!