10 razones para amar a Julie Andrews
La noche del pasado 22 de febrero, cuando la 87 gala de los Oscars enfilaba su segmento final, a media hora de acabar y justo en el momento en que el tedio se apoderaba de los espectadores más estoicos, se registró el pico de audiencia mayor de la interminable ceremonia. Lady Gaga hacía un "medley" de The Sound of Music y al acabar aparecía Julie Andrews con lágrimas de emoción por tan sentido homenaje a los 50 años del filme. Con su característica humildad, la que solo ostentan las más grandes damas, se mostró abrumada al ver a todo el Dolby Theatre ovacionándola en pie, rendidos ante la presencia de la institutriz que todos hubiéramos deseado tener.
Eliza Doolittle, Mary Poppins, Guinevere, Maria Von Trapp, Millie, Lili, Victor Grezhinski, Victoria Grant... todas en una sobre el escenario, todos los ojos puestos en aquella chiquilla de Surrey que tanto nos ha hecho soñar.
¿Solo diez? No sé si podré sintetizar tanto, a ver cómo me las apaño.
1- Por ser el primer rostro que recuerdo en una pantalla. Y el de Dick Van Dyke, claro, rodeados de dibujos animados en el mejor paseo por un parque de la historia del cine. Mary Poppins (1964) se estrenó justo un día después de mi nacimiento, llámalo casualidad si crees en ella. Yo la vería años después, claro, cuando todavía solían reponer viejas películas en los cines de verano.
Julia Elizabeth Wells (su apellido original, el de Andrews le vino de su padrastro) llevaba años actuando en concursos infantiles y espectáculos de vaudeville por toda Inglaterra, explotando su voz de casi cinco octavas y su gracia natural. Esto le llevó a debutar con 12 años en un teatro del West End.
2- Por ser el segundo rostro que recuerdo en una pantalla. El de una novicia que jamás llegaría a monja. No sé si exactamente el segundo, pero debía tener no más de seis años la primera vez que vi Sonrisas y Lágrimas, y aunque creo que me dormí en la parte de los nazis, recuerdo con fascinación montes, prados verdes, torreones de iglesias y música, el sonido de la música.
Tras hacer mil y una pruebas y después de haber representado una profética Cinderella en el London Palladium, la familia se trasladó a Nueva York buscando nuevas oportunidades que no tardaron mucho en encontrar. The Boy Friend era un nuevo musical de Sandy Willson que igual que ella llegaba desde Londres, y gracias al papel de la casquivana Miss Polly Brown consiguió su primera credencial en Broadway, el Theatre World Award. No está mal.
3- Por su voz única. Todos queríamos cantar el Do, Re, Mi como ella lo hacía, pero a nadie nos salía igual, claro. Y menos con la tremenda traducción de la versión española. Do es trato de varón?
Todavía actuando en The Boy Friend hizo una prueba para un nuevo show de Rodgers & Hammerstein, pero aún era pronto para trabajar juntos. El mismo Richard Rodgers le aconsejó que aceptara el papel que le acababan de ofrecer en un musical basado en Pigmalión de Bernard Shaw que prometía mucho. Y así fue como se libró de caer con todo el equipo de Pipe Dream y convertirse para siempre en una estrella de Broadway con My Fair Lady.
4- Por ser "practically perfect". Por esa perfecta mezcla entre inocencia y sabiduría, dulce y lista, dócil y fuerte como la que más.
Su primera nominación al Tony y muy pronto su primer Oscar. A pesar de la decepción sufrida al no ser la elegida para la película sobre el musical de Lerner & Loewe -la popularidad de Audrey Hepburn pesó en la decisión final- su carrera ya era imparable, especialmente tras ser la Cinderella del show de televisión de Rodgers & Hammerstein y la reina infiel Guinevere en Camelot. Walt Disney no lo tuvo muy dificil para decidir darle la protagonista de su película más ambiciosa hasta la fecha, la nanny más famosa de la historia tendría el rostro de Julie Andrews.
5- Por ser inasequible al desaliento. Ni por un segundo perdió la sonrisa ni el optimismo cuando supo que nunca cantaría The rain in Spain... en la superproducción de Cukor, Ese mismo año ganó el oscar por Mary Poppins cuando muchos pensaban que sería para Audrey Hepburn por el papel que podría haber interpretado ella misma. Los que esperaban ver tensión entre las divas aquella noche de abril de 1965 no sabían que se trataba de dos damas de los pies a la cabeza, como no ha habido otras. Los mejores deseos y las más cordiales felicitaciones, aunque luego la procesión fuera por dentro.
6- Por ser capaz de cambiar de registro sin pestañear. Ese famoso episodio de "justicia poética" no hizo más que hacerla avanzar con acierto y seguridad por una carrera de nutrida índole. Los escenarios se iban quedando atrás ante la insistente llamada de Hollywood, pero ella nunca olvidó Broadway. La americanización de Emily, una agridulce comedia en blanco y negro y sin canciones. Cortina rasgada, un Hitchcock en el que se medía con las grandes reinas del género sufriendo de lo lindo junto a un Paul Newman que se merendaba todos los planos, menos los de ella.
7- Por sobrevivir a las sonrisas y a las lágrimas. Contra todo pronóstico, y a pesar de que sus siguientes películas musicales no llegaron ni de lejos a la altura de la de la "novicia rebelde" (Millie, Star!, Darling Lili), Andrews no cedió ante la avalancha que supuso la famosa cinta de Robert Wise y supo reinventarse en un tono más adulto y menos almibarado (Hawaii, The tamarind seed), triunfando a la vez como estrella de televisión. The Julie Andrews hour, Julie and Carol (nunca tuvo tanta química con ningún actor como con su amiga y partenaire, la genial Carol Burnett) la reafirmaron como la enterteiner total. Aguda, cómica, divertida y sin miedo al ridículo, cosa que jamás hizo, por cierto.
8- Por ser la auténtica y genuina mujer 10. No piensen en la rubia de las trencitas correteando por la playa, no. La mujer 10 era ella.
Conocer a Blake Edwards, ser dirigida por él, casarse con él, adoptar dos hijas con él, ser madre de los dos hijos que el director ya tenía (además de la que tuvo con su primer marido, el diseñador de decorados Tony Walton) y todo esto sin abandonar su carrera... ¿no es de 10? Eso sí, algunos proyectos como protagonizar La bruja novata quedaron por el camino. Pero dar con Edwards, uno de los mejores autores de comedia de la historia del cine, la reubicó en una serie de proyectos que la transformaron en una espléndida, sexy y nada cursi actriz madura. 10, S.O.B., That´s life (precisosa y melancólica película junto a Jack Lemmon), The man who loved women... El streaptease de S.O.B fue toda una revolución y una declaración de principios (y una forma de revolear de una vez la toca de la monja cantarina), o simplemente un reclamo publicitario para lanzar la película, pero nos dejó a todos con la boca abierta. Tal vez fue un acto más de amor a su esposo, cuya carrera empezaba a declinar por aquellos entonces.
9- Por ser Victor, por ser Victoria. Y reaparecer en la gran pantalla a lo grande en 1982, y por protagonizar el mejor musical filmado de las últimas décadas. Si no hubiera sido por la brutal Sophie de Meryl Streep se habría llevado su segundo Oscar a casa. Edwards, Mancini, Preston, Garner, Warren... todos hicieron de esta comedia un clásico definitivo, pero Victor y Victoria eran ella.
En 1993 reapareció en Broadway después de 33 años -desde que hiciera Camelot- nada menos que de la mano de Stephen Sondheim en la "revue" de su obra Putting it Together. Dos años más tarde Victor o Victoria fue convertido en un musical, y aunque algo maltratado por la crítica (en realidad, razón no les faltaba) ella seguía radiante en el ambiguo personaje, aunque su voz ya estaba anunciando serios problemas futuros. Al ser ignorados sus compañeros en los Tonys del 95 decidió declinar su propia nominación (la única que recibió el show). Cosas que solo hace una gran señora, con muchas mayúsculas.
10- Por saber envejecer con gracia y estilo. Una serie de desafortunadas intervenciones en las cuerdas vocales casi la dejan muda, y desde luego la obligaron a dejar de cantar en público para siempre. Su legendaria voz de soprano de casi cinco octavas murió prematuramente, pero ni siquiera eso la llegó a apartar de su público (su regreso al cine con Gente con clase o Princesa por sorpresa, entre otras muchas colaboraciones), como señalamos en el punto nº5, "Inasequible al desaliento". Y es que no nombran Dama del Impero Británico a cualquiera.
A punto de cumplir 80 años su encanto sigue intacto. La belleza discreta, la mirada limpia que enamoró a Cecil Beaton o a Richard Avedon aún siguen embelesando al objetivo, en esta ocasión el de Annie Leibovitz que la acaba de retratar junto a su mejor compañero -el capitán Christopher Plummer- con motivo del medio siglo de Sonrisas y Lágrimas. Una foto emocionante como pocas hemos visto. Su sonrisa y mis lágrimas -como las de todo el auditorio Dolby el pasado 22 de febrero- vuelven a unirse una vez más, igual que hace 50 años, y a poner un poco de azúcar en la amarga píldora que nos dan. Y me recuerdan muchas de "las cosas favoritas" que gracias a ella he disfrutado en mi niñez y en toda mi vida.
Halaaaa, por fin soy la primera en comentar. Mejor dicho, en no comentar porque no se puede añadir nada. Bueno, sí: BRAVO
ResponderEliminarGracias cariño!! Sabía que esta te iba a gustar, tú también perteneces a esa generación en la que nos educaron para ser "practically perfect" y en la que nos endulzaron la píldora aquellas películas divinas!
Eliminar¿Cómo es el homenaje que del Kennedy Center? Y como aguanta el tipo la señora... A ver si me da tiempo y puedo comentar un poco los vídeos, que estoy que no paro sentao!!
El texto es magnífico pero… ¿nada más que diez razones? ¿por qué no cien, o mil, o diez mil? ¿Cómo has podido parar de dar razones? ¿Cuándo se deja de amar a la niñera Mary/María que veló nuestros sueños cuando éramos niños? Creo que nunca. Cosas tan bellas me gustan a mí.
ResponderEliminar10, como aquella primera película de su espléndida madurez. 10, como la nota que le ponemos a esta inglesita que tanto ruido -y tanta felicidad- ha dado.
EliminarYa te imaginarás el momento en que decidí meter mano a este pequeño homenaje, cuando se me estaban cerrando los ojos viendo los oscars y de repente apareció la Gaga con ese vozarrón increíble (y sorprendente) y Ella a continuación abrazándola con lágrimas en los ojos. Jamás -y digo jamás de los jamases- habría imaginado a estas dos divas juntas en un escenario, y sin embargo fíjate, great minds thinks -and feel- alike!
Los ojos se me abrieron, claro, y se me humedecieron también.
Un abrazo a ese niño de Ceuta que no te abandonará jamás!
Bueno bueno, lo del Kennedy Center es un homenaje y lo demás son cuentos. Cómo hay que ser para no pasarse la noche llorando. Y eso que no entiendo mucho por qué tiene a un lado a Pavarotti y al otro a Jack Nicholson, pero bueno.
ResponderEliminarClaro que la adoro, casi más de mayor, en la entrevista de VF era conmovedor cómo contaba lo duro que ha sido para ella perder la voz. Y venía una foto de ella en Salzburgo probándose una gorra...- Creo que deberías enlazar la entrevista para que los demás vieran las fotos.
Un beso
La busco y la enlazo claro!
EliminarLa razón por la que Pavarotti y Nicholson la rodean es porque esa noche ellos también recibieron el Kennedy Center´s Honnors. Normalmente se lo conceden a varias personalidades en la misma noche. Yo quiero ir!!!
Tus deseos son órdenes Isabelita!!
Eliminar50 aniversario Sound of Music
Gracias por el enlace, es de saltarse las lágrimas, y que me dices de la foto de todos los niños Von trap en la actualidad? es una mezcla de emoción y penita que no sé la verdad
EliminarAgradéceselo a nuestra amiga Isa, que está en todo! jejeje La foto de los Trapp en la actualidad es muuu fuerte!!
EliminarTodos entre los 50 y 60 añazos!! Pero como dijo nuestra querida Margo-Bacall-Channing: But alive!!
Gracias, blogmaster. Lo de la foto de los niños cincuenta años después es muy emocionante, pero vamos, que no sé qué comen ellas (que no se han comido ellos) para haberse volado de esa manera. Nota aclaratorioa para los no andaluces: volarse es sinónimo de engordar.
Eliminarjajajajaja es verdad!! y eso que la Leibovitz se habrá vuelto loca pa disimularlo!!
EliminarQue entrada más espectacular, que versación más estupenda gastas querido amigo. Me ha parecido un texto fabuloso, no ya por la documentación exquisita a la que nos mal acostumbras, si no por la delicadeza que usas para referirte a esta gran dama de la escena.
ResponderEliminarLos vídeos son fantásticos, aunque el homenaje del Kennedy Center es el mejor con diferencia para mi cortas entendederas.
Enhorabuena una vez más.
La versación es que me viene de familia darling!! jejeje Me encanta esa palabra, nos la decía mi abuela cuando soltábamos algún taco: qué versación!
EliminarLos homenajes del Kennedy Center son algo fuera de serie, lo bien montados, los pedazos de actores y cantantes que intervienen... Algún día deberían editar estas joyas para que ni se pierdan ni haya que verlas en youtube, donde la calidad es más que discutible!
Excelente comentario. En Latinoamérica vi The Sound of Music cuando tenía unos seis años y no me olvido, sobre todo del título de la peli, La Novicia Rebelde, toda una declaración de principios. Es el primer rostro humano, post Disney, que recuerdo de mi vida cinematográfica, era como tener una segunda mamá que cantaba lindo. Junto con su hija Julie ha escrito libros deliciosos para niños.
ResponderEliminarCarlos K.
Gracias por compartir esos recuerdos de infancia amigo Carlos! Es verdad que otra de las aficiones/habilidades de nuestra adorada actriz es la de escribir libros infantiles. Si es que ella lo hace bien todo!!
EliminarPor cierto, me encanta del título de La Novicia Rebelde! Pero recuerdo que hubo otra película por aquellos entonces con el mismo título, una de Rocío Dúrcal, tal vez aprovechando el tirón de la famosa cinta de Wise. También Karina se apuntó al carro de las institutrices cantarinas con "En un mundo nuevo", y en vez de a los Von Trapp tenía que educar nada más y nada menos que a La Pandilla!!
Y lo dejo ya porque esto se está empezando a parecer a Cine de Barrio!! jajajaja
Esta semana voy a emular a mi amiga Anabel, la “chicalista” haciendo lista de los motivos por los que venero, adoro, idolatro a mi institutriz favorita, 10 razones para amar a la la mujer 10.
ResponderEliminar¡Qué difícil selecionar los vídeos! Todo está en Youtube, películas, homenajes, fragmentos de musicales, sketches de televisión… pero bueno, he intentado seleccionar un poco de cada época, de antes a ahora.
Así que empezamos con un programa de televisión, uno que se vio aquí por cierto, de 1977. The Muppets. Geniales todos, la de carne y hueso y los de trapo. The lonely goatherd, esa canción inolvidable del guiñol de The Sound of Music.
Seguimos con la tele, y es que la actriz se prodigó muchísimo en este medio entre finales de los 60 y los 70. Aquí la tenemos en el especial de Andy Williams en 1964 cantando “Our language of love” del musical Irma la douce. Dulces ellos!
Y ahora sola junto al piano cantando el tema estrella de Sondheim “Send in the clowns” en los Tonys del 84 en un homenaje al autor. Aunque ella nunca hizo la Desiree Armfelt sobre las tablas (ya hubiéramos querido), en el 93 se metió en el pellejo de un montón de personajes del maestro en la revue “Putting it together”. Y pensar que pude haberla visto…
Uno de los mejores números musicales filmados. Uno de los mejores travellings de cine, ese “Crazy world” que comienza en un perfil de la estrella y acaba en el otro. Otra vez sola, junto al piano. Victor o Victoria, una auténtica delicia de Henry Mancini y Blake Edwards en estado de gracia.
Y para acabar con el cuadro el homenaje del Kennedy Center que recibió en el 2001. No tengo palabras para explicarlo, buscad el tiempo para verlo con detenimiento y dedicación.
Desde esa Carol Burnett hablando a su “old friend” ya no paran las lágrimas. Ni las sonrisas.
Gran selección de clips, todos geniales, pero verla cantar Send in the Clown me ha emocionado especialmente, me habrá pillado una hora tontorrona, jeje y el homenaje de sus compañeros de profesión es sencillamente flipante, y Jeremy Irons canta!! Lo tiene todo el jodío
ResponderEliminarSalud y gracias x la página
Patti
Querida Patti!! Disculpa la tardanza en contestarte, pero entre el fin de semana playero y la vuelta de no parar de un lado a otro, he tenido un poquillo abandonado este foro!
EliminarJeremy Irons canta!! Sí!!! Y qué buen Mr. Higgins haría en My Fair Lady verdad? Ya cantó este mismo tema con Julie en una entrega de Tonys a principios de los 90, cuando ella aún tenía su voz en perfecto estado de revista, y recuerdo que hicieron un bonito popurrí del famoso musical. El homenaje es bestial, como todo lo que hacen en el Kennedy Center. por cierto, Audra McDonald canta el I could have danced all night, igual que hizo en el maravilloso concierto que nos regaló en Madrid!!