Salida de actores

¿Por qué Stage door? No creáis que no le di mil vueltas a la elección del nombre. Pero en realidad este fue de los primeros que se me ocurrieron. Los verdaderos "agonías" del musical lo entenderán perfectamente. Aquellos que tras vibrar en la butaca de un teatro no hemos podido soportar el "subidón" que produce ver algo realmente bueno yéndonos a casa, a cenar o a tomar una copa por ahí, y nos hemos plantado -con paciencia, frío, lluvia o calor- en la puerta trasera a esperar a que vayan saliendo (siempre en orden de importancia, de menor a mayor) los que ratos antes nos han fascinado sobre el escenario. Durante la espera (programa en mano ¿alguien tiene un bolígrafo?) y mientras comentamos el show entre la variopinta fauna que suele caer por allí, nos sentimos pequeños -pero afortunados- preparamos la cámara, oímos gritos ¡ya sale alguien importante!, el flash no salta, el boli no funciona... y no importa, porque nos conformamos con estar ahí, prolongar un poco más la magia, acercarnos un poco más a ese mundo normalmente tan lejano a nosotros. Y ahí nos quedamos, por si nos salpica un poquito de "polvo de estrellas"...
Aunque no tengamos la mala idea que ella gastaba, ni mucho menos, ¿quién no se ha sentido alguna vez como Eve Harrington?, ese ratoncillo asustado noche tras noche agazapada en la salida de actores. Menuda suavona...