Jerome Robbins (Something to dance about)
No sé si será casualidad o no, pero lo cierto es que cuando la familia Rabinowitz decidió mudarse a Weehawken, New Jersey, lo hicieron justo a un par de manzanas de la casa donde se habían criado Adele y Fred Astaire. Something´s coming. Something great!
Jerry, el pequeño, nunca estuvo demasiado contento con su apellido, que se traducía como "El hijo del rabino", así que en cuanto tuvo la oportunidad lo cambió por algo más ligero, como los pasos que pronto empezaría a marcar sobre las tablas. Rabinowitz suena a hijo de inmigrantes pobres y harapientos, sin embargo ¿verdad que Robbins es como un pájaro volador?
Con la ayuda de su tío, su padre montó una empresa de suministros -la Confort Corset Company- que además de quitarles mucha hambre, les mantuvo en contacto con empresarios teatrales y gente del mundo del vodevil. Parece que de alguna manera estaba predestinado a formar parte del show business.
Pero sus pasos lo llevaron hacia la universidad, a buscar una profesión seria -la de químico- y formar una respetable y seria familia americana. Tras el primer año de estudios, su verdadera naturaleza pudo más y acabó enrolándose en una compañía de ballet tras otra. Ahí acabó su "respetabilidad". Estudió danza y composición con los mejores del momento, y en 1939 lo encontramos formando parte del coro de varios espectáculos de Broadway, alguno de ellos dirigidos por el propio Balanchine, lo que le catapultó como prestigioso solista del que años más tarde sería el American Ballet Theatre. Nada podía parar su carrera.
Luego vinieron colaboraciones con Agnes de Mille (más tarde con Bob Fosse), hasta que en 1944 logró su verdadero bautizo artístico, creando la coreografía de un espectáculo nuevo con música del autor que sería su fetiche definitivo, Leonard Bernstein. Fancy Free -del que posteriormente surgió el célebre On the Town- fue su primer gran éxito y la primera de una intensa y provechosa serie de colaboraciones entre el músico y el coreógrafo. También sirvió para definir un estilo que jugaba con los movimientos más clásicos en combinación con la sensualidad y la picaresca propias de un ambiente mucho más mundano y actual. La limpieza de las evoluciones más académicas mezcladas con los movimientos del jazz hot del momento, su definitiva seña de identidad.
Después vinieron trabajos tan exitosos como High Buttom Shoes, The Pajama Game o Bells are Ringing, que supusieron la antesala del musical definitivo en su carrera y en la historia -con mayúsculas- de Broadway, West Side Story.
Capuletos y Montescos -Jets y Sharks- tenían que bailar ahora por las calles de Manhattan al ritmo sincopado de las increíbles melodías de Bernstein, todo un reto para un visionario atrapado entre la modernidad más absoluta y la depuración de los pass de deux. La colaboración entre los citados creadores con un joven Stephen Sondheim escribiendo las letras y Arthur Laurents redactando el libreto, dio como consecuencia la obra que consiguió erradicar definitivamente los prejuicios que muchos intelectuales tenían contra la superficialidad del musical americano. Y Robbins tuvo mucho que ver en ello. Según los críticos, nunca antes nadie logró aunar de tal manera el argumento de una obra con los movimientos de sus personajes.
Pero el tremendo éxito en lo profesional vino acompañado de una serie de sombras en su vida personal. En uno de los episodios más oscuros de la historia reciente norteamericana, la caza de brujas promovida por el senador McCarthy, Jerome Robbins fue implicado de una forma cruel e injusta y forzado a delatar a compañeros de profesión -junto con autores del prestigio de Elia Kazan- bajo la amenaza de hacer pública su condición de homosexual. Eso lo dejó fuera de una penosa lista negra, pero lo incluyó de por vida en la más negra de las listas, la de los delatores que señalaron a sus colegas por salvar su propio pellejo.
Pero los aplausos siguieron sonando en los teatros. Gypsy, Fiddler on the roof, A funny thing happened on the way to the forum, conservaron intacto su puesto entre los mejores, a pesar de que su impopularidad personal le acompañaría hasta el final de sus días. Aún así durante la década de los años 70 se fue alejando del teatro musical para regresar a sus orígenes clásicos, liderando hasta casi su muerte el New York City Ballet y desarrollando una vida mucho más apartada de los focos pero sin dejar de apoyar a los nuevos valores de la danza contemporánea.
Murió en New York tras años de soportar la enfermedad de Parkinson, viejo, rico, solo. Acerca de sus amantes, hombres o mujeres, se había escrito mucho -entre otras sobre la relación clandestina que se decía mantuvo con Montgomery Clift- pero nunca nada fue reconocido. El hombre que revolucionó el mundo de la danza en el cine y el teatro musical, se fue en silencio un 29 de Julio de 1998. Aquella noche las marquesinas de la Gran Manzana estuvieron apagadas durante unos minutos. Había que llorar al hombre que, a pesar de todo, siempre tuvo una razón para bailar.
Recomendamos el documental Jerome Robbins. Something to dance about. American Masters. PBS. 2009
Murió en New York tras años de soportar la enfermedad de Parkinson, viejo, rico, solo. Acerca de sus amantes, hombres o mujeres, se había escrito mucho -entre otras sobre la relación clandestina que se decía mantuvo con Montgomery Clift- pero nunca nada fue reconocido. El hombre que revolucionó el mundo de la danza en el cine y el teatro musical, se fue en silencio un 29 de Julio de 1998. Aquella noche las marquesinas de la Gran Manzana estuvieron apagadas durante unos minutos. Había que llorar al hombre que, a pesar de todo, siempre tuvo una razón para bailar.
Recomendamos el documental Jerome Robbins. Something to dance about. American Masters. PBS. 2009
Bueno, por fin tenemos la entrada de esta semana, que el blogger estaba muy ocupado y no la pudo hacer el día que correspondía... que fuerte me parece, luego nos quejamos... jajajajajajajajajajajajajajajajaja
ResponderEliminarYa en serio, me gusta la entrada, ya que he visto West Side Story no se el número de veces, y no conocía al coreógrafo. Esta película es una de mis primeras incursiones en el cine musical, por aquello de la historia de amor entre persona de grupos diferentes, transpolación de Verona a Nueva York, con esa Natalie Wood en una de sus interpretaciones más famosas... en definitiva, todo aquello que sabemos de la película en cuestión.
Siempre me han parecido unas coreografías espectaculares, con un diseño muy personalizado, de forma que cada grupo de diferencia muy bien, sólo viendo los bailes que interpretan, llegando mi grado de crueldad a tal extremo, que he obligado en ocasiones a mis alumnos a montar coreografías de esta película en mis clases. Salieron francamente bien.
Gracias por el material audiovisual que aportas, especialmente el de la gala de los TONY, por lo vistoso del mismo, aunque el primero es quizá más original, sobretodo el momento en el que salen las diferentes figuras del ballet interpretando la coreografía.
El primer video es un fragmento del documental que recomendamos "Something to dance about". Una delicia. Es total como podemos admirar la producción original, en la que él mismo interpretaba a uno de los marineros, en contraste con una versión actual de los 90. Fancy Free, el musical que inspiró On the town, y la película Un día en Nueva York.
ResponderEliminarEl segundo es el número que presentaron en los Tonys de hace un par de años de la última producción de West Side Story. El número del baile en el gym, el famoso mambo, endiablado y excitante. Y luego María y Tony en su primer encuentro. Sin palabras.
Y el tercero es un enlace al show del cumpleaños de Sondheim en el que se representa America, otra de las marcas de fábrica de Robbins. Con la inconmensurable -y premiadísima- Karen Olivo. Por rzones técnicas -sí Fernando- solo aparece el enlace, pero merecía la pena.
Bueno, a mi seguidor del año, que sí que me creas, que esta semana -entre otras muchas- la tecnología de ha confabulado contra mí!! Es lo que peor llevo de la actividad editorial, el soporte virtual que falla más que las escopetillas de la feria. Pero gracias por demandarme!! Otros (y otras) debían aprender...
ResponderEliminarPara mí también es una película fetiche, y ver el musical en directo me dejó sencillamente alucinado. Sobre todo con las coreografías originales y por supuesto con la maravilosa partitura de Bernstein, un clasicazo indiscutible.
¿Y el documental? como le gustaban los marineros a este hombre por dios!!!
Angel! Hughs from NYC. Acababa de ver a Daniel Radcliffe in How to succeed in business y mi encantó muchisimo y me recordé de mi profesor favorito y su passion por Broadway shows.
ResponderEliminarHecho de menos Sevilla muchisimo tambien
Alice
De la sopa primigenia formada por Balanchine, De Mille, Fosse y, especialmente, Bernstein, sólo podría nacer un espíritu artístico como el de Jerome Robbins.
ResponderEliminarWest Side Story la vi siendo muy pequeño en un cine de barrio. El estreno había sido en entonces importante Cine Florida pero no era apta para menores y me tuve que quedar en los Jardines de Murillo con mi abuela mientras ellos la veían. Cuando salieron confirmaron mis expectativas, genial!!
No tuve que esperar demasiado, entonces los estrenos pasaban rápidamente a la red de cines de barrio que existían en la ciudad y pude disfrutar mi primer West Side Story ese mismo verano en el cine Juncal.
La segunda vez que la vi estaba yo en París, tendría 17 años y poco dinero en el bolsillo. Había recorrido Europa con unos amigos a golpe de pulgar y el último coche que nos transportó nos dejó en Trocadero, era una furgoneta de reparto que tenía que entregar alguna mercancía en no sé que mercado de la ciudad, eran las tres de la madrugada y hacía frío. Sabíamos que no podíamos pagarnos un hotel y nos disponíamos a pasar la noche junto a los enormes pilares del Palacio Chaillot cuando vimos un cine que mantenía las luces encendidas. Entre las bombillas que iluminaban la cartelera y que anunciaban un cine 24 horas puede distinguir el cartel de West Side Story. Mis amigos se durmieron pronto, yo la vi tres veces seguidas y creo que en la cuarta me venció el sueño pero en él yo seguía bailando por las calles, en este caso de un París desierto, saltando por los Campos Elíseos, subiéndome a las fuentes de la Concorde, e incluso como un Gene Kelly melenudo, chapotear en los charcos de Pigalle donde se reflejaban los brillos del Folies Bergere y del Moulin Rouge...nos echaron del cine a media mañana para hacer la limpieza.
Después la he vuelto a ver cien veces. He buscado la escena del garage: boy, boy, crazy boy, be cool boy...la lucha bajo los pilares del puente, la inocente "I feel pretty, I'm so pretty... la alegre "America" pero especialmente la lucha de bailes en el gimnasio donde creo que Robbins alcanza uno de los momentos más gloriosos de su historia.
Esa es mi historia con esta película de la que siempre me quedó la decepción de no haberme podido convertir en George Chakiris y volar por la ciudad de Nueva York llevado por la música de Bernstein. Nadie es perfecto!!
Cool boy! Qué bueno que hagas referencia a este temazo, uno de mis favoritos de la obra. María o Tonight son mucho más célebres pero a mí me ponen los temas más canallas y fuertes que unieron en perfectísima armonía la música de Bernstein y las potentes coreografías de Robbins.
ResponderEliminarAmaro, creo que ostenta ud. el record de visionado de este film. Me encanta la historia que cuentas sobre la noche más larga en el cine de Trocadero. De verdad de ahí podría salir un novelón del corte de Burroughs o Dos Pasos. Plantéatelo porque el arranque no me puede gustar más!!
Bien, Angel, ya estaba yo esperando la entrada sobre Robbins y West Side Story. Como siempre, gracias por contarnos su historia personal, dice mucho luego de su arte.
ResponderEliminarComo siempre, el blog se dedica a los musicales teatrales, pero como tu público no se puede permitir ir a Broadway o al West End cada año, pues comentamos la peli que se hizo de ella.
A mí WSS me parece, como dices, la reconciliación entre el musical para el gran público y la obra culta,junto con Gershwin (otra entrada que espero ansiosa) aunque cuando la cantan divos de la ópera, en mi opinión, se la cargan (versión de Carreras). La partitura es excepcional, debe ser una de las primeras veces que se tratan con tanto respeto los ritmos latinos en la música norteamericana. Pero lo mejor de todo en mi opinión es la coreografía, sobre todo el gimnasio, el archifamoso América y la pieza del garaje.
Yo la conocí primero por el disco, que estaba en mi casa, y me lo aprendí de memoria. Luego la repusieron en el cine Imperial, lo que ahora es Beta, y la pude ver en pantalla grande cuando tenía unos doce años. El año pasado, siguiendo con su educación en valores, se la puse a las niñas. Les gustó, pero no demasiado. Creo que la historia de los pandilleros quizá haya envejecido, pero lo que sigue igual de fresco, de nuevo, de atrayente, es el baile. Mérito del Sr. Robbins.
Uy...qué profundidad de comentarios y qué experiencias personales tan intensas. Yo no recuerdo cuando la ví por primera vez...supongo que en la tele porque no creo que la haya visto en el cine. Recordaba alguna escena, parte de la coreografía pero no la he disfrutado de verdad hasta que me aficioné a los musicales y me compré la edición especial que sacaron. La película es una obra maestra en todos los sentidos pero resulta mucho más vibrante el montaje en directo en el teatro...donde se aprecian con mayor intensidad las emociones, la alegría, los celos, el drama, la violencia que consiguió plasmar Jerome Robbins en todas sus coreografías, prácticamente sin palabras, sólo con movimientos y gestos medidos.
ResponderEliminarMe ha traído muchos recuerdos el video de la gala de los Tonys...aunque ya faltaban algunos cuando la vimos nosotros...todos lo hicieron genial. Me hubiera gustado mucho ver a Karen Olivo...el enlace de América es fabuloso, pero Natalia Cortéz tampoco lo hace mal verdad? Qué ilusión me hace ver a GEorge Akram (mi Bernardo futbolero, ja, ja) y a los otros chicos. Qué bien bailan todos!!!
Qué video tan delicioso el de Fancy Free. No tenía ni idea de que había inspirado el conocidísimo "On the town"...me ha encantado, que técnica y qué swing tienen los tres bailando.
Tampoco conocía la historia personal tan dramática de Jerome, qué crueldad hacerte elegir entre la supervivencia y el delatar a gente cercana y con tu misma situación...pero así es la vida...gobernada por gente con tantos miedos e inseguridades que se creen fuertes haciendo daño a los demás.
Me ha encantado la entrada...y yo te perdono porque entiendo lo que es estar hasta las cejas de trabajo y sin tiempo para hacerlo.
Besos.
Conso
Otra vez! Que no ha sido falta de tiempo, que el blogger no me ha permitido publicar a tiempo! Seguidores más jartibles... Muy buenos recuerdos en esa stage door verdad? Mi amiga Conso charlando de fútbol con Bernardo no tuvo precio. Es lo que tiene mezclar B'way con Utrera!
ResponderEliminarDe acuerdo con Isa, a pesar de los vozarrones de Carreras, Kiri te Kanawa y la Sutherland -que teníamos en casa y no parábamos de oír- nada como la grabación original, mucho más fresca y dramática. Yo solo la he visto en pantalla grande en el cine de verano de la Expo, os acordáis? y fue todo un redescubrimiento.
ResponderEliminarComo siempre llego yo... Horror! Luis! El critico...
ResponderEliminarVale! lo reconozco... West NO es uno de mis musicales favoritos, como el bloggero sabe, las
antiguedades no son en especial mi fuerte, pero aun asi, y eso que tampoco recuerdo cuando vi la pelicula por primera vez, creo fue en el cine en una reposicion de reposiciones, muchos años después de su estreno, reconozco que el trabajo coreografico es estupendo, y la historia, en ese tiempo no tan manoseada como ahora, engancha.
Por contrario, he de decir que hace muchos, muchos años, vi un montaje en Madrid, teatro Monumental, en el año y tantos... que se suponia y asi lo anunciaban, era la torune de
Broadway que llegó a Madrid, increible, ¿no?,
tanto es así que compré el programa de mano y esta en frances, si no recuerdo mal, en fin, al grano, DECEPCIONANTE, pobre, me hizo pensar si
asi eran los montajes de Broadway... ¡pues que mal! Gracias a Dios, luego he podido comprobar, que no, que "eso" debia ser un poco engaña bobos, era un momento, tras la fantastica EVITA, y algún otro intento, en que se demostró que aqui tambien interesaba el musical, pero
claro, si traian cosas como esa no me extraña
que fracasaran en el intento... Me imagino, que en las giras quitan la mitad del decorado, pero y en lo humano, es decir, cantantes, bailarines, etc, tambien "quitan", porque el nivel era bajisimo, o yo era/soy muy exigente,
como creo que hay que ser, cuando te hacen pagar
un dineral por una entrada!!!.
Besos. para todos.
Gracias Angel por todo, tarde o temprano, da igual, estas, que ya es bastante, y lo de la técnica... pues que ya sabemos lo que hay.
Bienvenida a Vicky!!! Por fin has podido unirte al grupo ¿ves como no era tan difícil??? Un abrazo fuerte y, como es habitual en este blog, te recibimos con nuestro password particular: WILLKOMMEN!!!
ResponderEliminarLo siento por el maestro de ceremonias pero esta vez no me has cogido. Por fin hay un musical en el blog que si he visto en vivo y en directo, aunque vi West Side Story en Córdoba, que no tiene nada que envidiar a Londres o Nueva York, aunque algunos hayan preferido San Sebastiñan, pero esa es otra historia.
ResponderEliminarHace por lo menos doce o trece años, y entre los actores estaban Marta Ribera, que la he visto ahora en Chicago y Victor Ullate, y estaban pero que muy bien, dicho sea de paso. Recuerdo que me encantaron las coreografías, que ya conocía por la peli, pero el pulso del directo pesa mucho, la verdad.
Un abrazo a los aficionados y enhorabuena por la preciosa entrada sobre Robbins, como Isabel espero ansiosa una sobre Berstein
Ana M.
Hola Luisillo, si West no te gusta mucho no es tan grave. Cuestión de que te lo mire un doctorsito!!! De todas formas influiría el que vieras una mala versión, aunque conociéndote igual no era tan mala... ¿Recuerdas la que dice nuestra colega Ana? ¿La de la Ribera y el Ullate de hace años?
ResponderEliminarHola Ana, me alegro de que esta vez sí tengas una experiencia en directo para opinar. ¿Sabes que yo también vi WSS en Córdoba? Creo que fue en el Gran Teatro, igual coincidimos en la misma función. También vi un Cabaret con Nina, Silvia Tortosa y Ovidi Motllor, que, aunque parezca lo contrario, no estuvo nada mal. Buen teatro ese!
Y síii, tened paciencia, que pronto habrá un capítulo dedicado a Leonard!!
Por cierto...también tienes que dedicar un capítulo a Alan Jay Lerner y Loewe. Ayer tuvimos la fortuna de ver en el cine diputación, en pantalla grande, "My Fair Lady"...qué peliculón, otra de esas obras maestras que nos regala el cine. El subidón no fue total porque no era en versión original...todo en español, aunque nos reímos mucho...en algunos momentos aquello parecía del mejor momento de la revista española. Al margen de eso, siempre es una delicia ver My Fair Lady con una Audrey Hepburn excepcional, guapa, elegante, tierna, graciosísima, que más da que no cantara ella...aunque no lo hace del todo mal (en mi dvd especial están los temas musicales interpretados por ella). Rex Harrison está para comérselo, qué carisma y glamour tiene este hombre. Los secundarios son también increíbles, sobre todo Stanley Holloway (el padre de Eliza Doolitle). Una historia atractiva, buenas canciones, una música preciosa, un desbordante vestuario y escenografía de Cecil Beaton...el momento Ascott genial, con los vestidos y los sombreracos gigantes...o el vestuario de del baile de la embajada con diademas imposibles. En fin, dirigida por George Cukor, ¿Qué podemos pedir más? Wonderful!!!
ResponderEliminarPD: Ahora...la Julie Andrews se vengó de todo el mundo cuando ganó el oscar por Mary Poppins ese mismo año del 64.
Besos
Conso
Ayy, que vi que la ponían en la diputación, pero no me acordé de que era anoche, podíamos haber hecho una quedada bloguera.
ResponderEliminarIsabel
Si es que no estamos en ná Isabelita!! Nosotros la verdad es que lo improvisamos en el último minuto (como la copla de Doña Juana) porque yo no tenía nada claro querer ver esta joya en no muy buenas condiciones. De hecho el plan del público era para morirse, levantándose cienes y cienes de veces, desliando bocadillos y estrujando paquetes de patatas sin conocimiento... Y comentando de vez en cuando ¿otra vez están cantando? joé qué frío!! Vamos, un anticlimax total.
ResponderEliminarPero las letras de Lerner, las músicas de Loewe, la gracia de Hepburn, el estilazo de Harrison y la mariconería fina de Beaton suplieron con creces los demás inconvenientes.
Muy buena crónica Consolación! Una enviada especial de excepción envuelta en una pashmina verde con un glamour a prueba de cualquier Ascott que se ponga a tiro.
La verdad es que hizo un frío que pelaba.
Me encantó la sensación de ver que mucha gente, especialmente gente joven, se reía con las situaciones como si fuera la primera vez que veían esta obra maestra. De hecho en muchos casos lo sería. Me encantó escuchar "I could have danced all night" mirando al mismo tiempo las estrellas (aunque fuera doblada por una voz de pito insufrible!!)
Ah, por si hay alguna duda en el aire...soy Ángel
Ahora lo recuerdo, el West Side Story en el Gran Teatro due en el 98,óomo pasa el tiempo, y la chica que hacía de María me encantó, se llamaba Alicia Ferrer. Marta Ribera hacía el personaje de Anita y Victor Ullate era Bernardo. ¿Por qué no realizan más musicales en español de esa calidad?
ResponderEliminarQue plan!, no sé ni qué decir con este nivelito. Yo la recuerdo de hace años en la tele, nada de glamour parisino ni nada que se le parezca, pero sí que hubiese ido a verla de nuevo.
ResponderEliminarSeguid así tan ilustrados, que da gusto leeros.
Ángeles
Estoy de visitas familiares, en Ceuta, con dificultades en el acceso a internet, y ahora mismo en un cutri-ciber en el que, por razones lógicas, no puedo disfrutar de la que imagino maravillosa entrada de uno de mis musicales preferidos (y uno de los más grandes, of course). Regreso sobre el 25 ó el 26. Ya en mi casa lo leeré y escucharé con atención y gozo. Ahora sólo señalar que sigo vivo, en el norte de África. Saludos a todos. ISMAEL
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